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Acá duermen los dioses: un paseo por Los Reyunos

Un encantador embalse ubicado en los zócalos de la cordillera.

La presa Los Reyunos se encuentra a sólo 35 km de la ciudad de San Rafael, y se accede a través de la ruta n° 143. Su paredón alcanza los 134 metros de altura y está coronado por un atractivo mirador. La presa contiene al Río Diamante que surge de la laguna homónima, alimentada por el deshielo de las altas cumbres cordilleranas.

En el cañón del Diamante, 54 kilómetros aguas debajo de Agua del Toro, fue construido el dique Los Reyunos entre los años 1978 y 1983.

El lago de Los Reyunos tiene una superficie de 734 hectáreas, ha sido la locación elegida para el desarrollo de un proyecto de piscicultura que involucra la cría de truchas, salmones y pejerrey y produce alevinos para la siembra en ríos y espejos de agua de la región.

En los márgenes y sobre el Cañón del Diamante se encuentra el Club de Pesca y Náutica, donde se desarrollan actividades de pesca, náutica y buceo. Este club posee un restaurante, un apart hotel y un espacio de camping para pasar una temporada junto al lago o para visitar durante el día. También hay un complejo de 100 cabañas y casas construidas por los socios del club a la vera de un embalse.

En 1985, 20 amigos del Rotary Club compraron 70 hectáreas y levantaron las primeras construcciones. Los Reyunos es un club en ascenso. Quince años atrás, no lo conocían ni los obreros de la represa. Hoy, lo visitan turista internacionales. Son cabañas de fin de semana que suelen ofrecerse en alquiler a los turistas en temporada alta, y entre los residentes hay personajes de la farándula como Raúl Taibo, además de que sus paisajes han servido de escenario para varias producciones nacionales del género de la telenovela. Han venido famosos como Nicolás Cabré y Luis Ortega, quien filmó una novela tan fantástica que nadie recuerda su nombre.

El club está a mil metros sobre el nivel del mar. No es demasiado alto pero los primeros días sentirán ganas de dormir y dormir y dormir. No hay mejor paisaje que este. Es como si Dios lo hubiese dejado todo en manos de una señora de Belgrano R fanática de la limpieza: no hay mosquitos, ni arañas, las pocas homigas corren desesperadas sin nada que echarse al lomo, llueve 200 ml al año –olvídense de un día completo de tormenta–, no hay algas, el lago nunca parece colmado y el calor no es muy alto, no más de 27 º en verano.

Hay un apart hotel en Los Reyunos, gran vista, bote gratis todo el día. Las comodidades no son gran cosa, pero el lugar vale. Si van, pidan que los lleven en lacha al Cañón de la Garza: se sumergen en aguas profudas y verdes, atraviesan cuevas diminutas y les muestran una criatura viviente llamada pelo de agua –lombriz retorcida del tamaño de un cabello. Si se portan bien, los dejarán manejar la lancha de regreso.

Pero lo mejor es alquilar las casas: muchas tienen vista al lago. Imperdible el atardecer desde la terraza, las motañas se ruborizan, las lachas atraviesan el agua como un chasquido de delfines y las águilas revoltean inquietas, sin comida a la vista, deliberando en círculos qué clase de Dios perverso de Belgrano R creó un paisaje tan bonito y no puso ningún bicho comestible a la redonda.

Las aguas del lago mantienen una temperatura de 20 °C, por lo que está habilitado para realizar natación, pesca deportiva y actividades náuticas varias. El lago es una masa de agua planchada, peinada y almidonada, el mejor lugar, dicen, para practicar esquí acuático y wakeboard del país –aquí viene a practicar el campeón de wakeboard. Además, en el predio se puede alquilar embarcaciones, navíos de pesca, tablas de windsurf y también realizar actividades terrestres como cabalgatas, caminatas y mountain bike.

El dique Los Reyunos presenta paisajes impresionantes y coloridos, teniendo de fondo a la Sierra Pintada, que cambia de color con la luz del día, y que junto con la vista privilegiada del mirador conforma un panorama bellísimo, digno de visitar al menos por el día. Como lugares aledaños para visitar encontramos la Presa El Tigre, el Dique Galileo Vitale y la Villa 25 de Mayo. 

 

Fuente: Pressreader, el baqueano, San Rafael.travel