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Ambiciones, realidades y ausencias del Plan Nacional de Turismo

Plan de turismo de Macri

En línea con la articulación público-privada que distingue a la gestión de la actividad turística del país, FETME participó del anuncio y firma del acuerdo con la presencia de su presidente, el Sr. Sergio Sanchez. El Ministerio de Turismo y la CAT festejaron la imagen de un salón Blanco repleto durante el anuncio del plan presidente Macri. Pero el día después empezaron a escucharse críticas hacia la falta de definiciones concretas sobre cómo hará el Gobierno para alcanzar la ambiciosas metas planteadas hacia 2019.

La presentación del Plan Nacional de Turismo (Compromiso Federal de Turismo o Plan Federal de Turismo, los tres nombres con los cuales se lo difundió), realizada el martes pasado en el salón Blanco de la Casa de Gobierno, dejó mucha tela para cortar.

Tal vez la mejor forma de ordenar el análisis sea hacer una secuencia temporal de sus pliegues, desde la foto del acto en sí, siguiendo por lo que implica el día después el Plan en la práctica, para concluir exponiendo las metas propuestas.

UNA FOTO VALE MÁS QUE MIL PALABRAS.

La imagen cenital del presidente Mauricio Macri rodeado de los funcionarios del Ministerio de Turismo y otras carteras, de toda la dirigencia empresaria sectorial, de los representantes provinciales en pleno e incluso del líder sindical Luis Barrionuevo, fue celebrada como una victoria. Tanto en Suipacha 1111 como en la Cámara Argentina de Turismo, que ofició de convocante.

La capitalización de esa postal se llevó buena parte de las declaraciones posteriores. De hecho, el discurso de Macri como único orador apenas llegó a los 10 minutos, muchos menos que las interminables rondas de fotos y selfies entre funcionarios y empresarios. “La presentación puso en escena al sector en el máximo nivel político. El presidente avaló las políticas turísticas de forma explícita y nos mostró a todos juntos, que es como se debe trabajar”, le explicó a este medio el ministro Gustavo Santos.

“¿Vos viste esto?, ¿Alguna vez lo viste?, ¿Vos crees que faltó alguien? Si dudás, mirá la foto”, le respondía a este cronista un eufórico titular de la CAT, Oscar Ghezzi, quien remató: “Lo que yo más resalto es ver a un presidente hablando de Turismo como lo hizo hoy. ¿Qué otra actividad en su conjunto se ha juntado a escuchar al presidente? Esta no me la pincha nadie”.

Al menos hasta ese punto el tándem MinTur-CAT fue efectivo. Santos quería un salón repleto aplaudiendo al Presidente y la CAT se lo ofreció en bandeja, con una celosa convocatoria de dirigentes y empresarios en un hotel porteño dos horas antes del acto para partir en caravana a la Rosada.

Lo propio sucedió con los ministros y secretarios de Turismo de las provincias. Asistencia perfecta y palabras de orgullo por la unidad conseguida: “Me parece excelente que hoy esté toda la actividad pública y privada representada en este salón para consensuar planes de trabajo. Las metas son ambiciosas, pero si uno no se plantea objetivos a lo grande es difícil lograrlo”, planteó por ejemplo Gabriela Testa, presidenta del Ente Autárquico Turismo de Mendoza.

LOS PLIEGUES DEL CONSENSO.

Sin embargo, pasada la euforia de la foto, llamó la atención el escaso calado argumentativo a favor del Plan y sobre porqué se estampó la firma al Compromiso. Una rúbrica que –vale la pena aclarar– se ciñe sólo a darle apoyo al documento elaborado por el Ejecutivo.

Muchos de los consultados desconocían los alcances concretos del Plan o de cómo se lograrían las medidas propuestas. A esa consulta Testa respondió: “No soy la adecuada para darte la respuesta porque no estuve en la reunión del CFT del viernes. Y no lo pude leer”. Lo propio respondió la titular de la secretaría de Turismo de Santa Cruz, Laura Santiago: “No estuve en la reunión de Rosario, así que todavía no lo chequeé bien”. A la repregunta de cómo la provincia entonces había firmado, señaló: “Sí, bueno, con el plan que nos mandaron el sábado”.

Aclaremos que no en todos los casos fue así, y quienes fueron a la Asamblea Extraordinaria de Rosario asistieron a la exposición filmina por filmina del programa elaborado por el MinTur.

Lo mismo ocurrió con los dirigentes privados, quienes días antes cenaron con el ministro de Turismo para conocer los detalles del documento. “No lo debatimos. Fue explicado por el ministro. Y no hubo nadie que no estuviera de acuerdo”, señaló Ghezzi.

Como es sabido, no se incluyó ninguna de las medidas reclamadas por la CAT, las cuales se siguieron trabajando al otro día del acto en Suipacha 1111 en un esquema paraleloal plan (ver reportaje a Santos, pág. 8). “Todo el sector vino a acompañar este acto con el Presidente y que él vea la importancia que tiene la actividad. Para nosotros es un punto de partida importante contar con el apoyo del Estado, y a partir de ahí empezar a buscar lugares de encuentro para superar los problemas de la coyuntura”, comentó el titular de la Faevyt, Fabricio Di Giambattista, quien explicó: “Obviamente, hay cosas que se comparten y otras donde podemos tener otra mirada”

EL DÍA DESPUÉS.

El problema de estos consensos a nivel político es que a la hora de llegar a las “bases” la brecha entre expectativas que generaba la presentación de un plan y sus resultados se hace inocultable. Por eso, desde el martes pasado lo único que se escuchan en las empresas turísticas son quejas por la ausencia de medidas concretas para dar respuesta a eso que el propio programa diagnostica: un turismo nacional estancado desde hace tres años y un receptivo internacional a niveles de 2011.

Es que al día siguiente de la presentación del programa apoyado por la CAT las excursiones siguen llegando con ajustes de un promedio del 30% en las tarifas, los hoteleros no saben cómo hacer frente a la durísima paritaria que se les viene encima y, mientras se plantea crecer un 50% en el receptivo, los operadores alertan sobre serios problemas de competitividad del destinos (ver recuadro Ryan).

Y, lamentablemente, el Plan nada explica sobre cómo resolverá esos “cuellos de botella”, como gustan definir. “Si no se explica cómo se harán las cosas, esto se convierte en un relato aspiracional y no en un plan de negocios para lograr el crecimiento. Es poco serio, como también lo es apoyar esto a libro cerrado”, resumió un reconocido consultor del sector.

También en algunas provincias, por lo bajo, se mofaron del Plan. “Es un compendio de buenos augurios y nada más”, dijo la titular de una cartera.

AHORA SÍ, EL PLAN: RECEPTIVO.

El Plan tiene cinco lineamientos básicos: posicionar a Argentina como principal destino de la región; promover el crecimiento de la actividad interna; mejorar la competitividad y sustentabilidad del sector; aumentar la inversión; e impulsar la creación de empleo.

Respecto al receptivo, la meta aspiracional a 2019 es aumentar en 3 millones la cantidad anual de arribos de extranjeros. O sea, un 50% de crecimiento. Para ello se prevé un alza en cuatro años del 95% del flujo de Estados Unidos y Canadá; un 81% desde Europa; un 151% de Asia, África y Oceanía; y un 76% de los países andinos, el Caribe y México. Las perspectivas más moderadas son respecto de Brasil (+25%) y los ingresos de los países limítrofes (+47%). En línea con ello, se proyecta un aumento del 90% en el gasto promedio de los turistas.

En cuanto a cómo alcanzar esas metas, el programa no sale de definiciones genéricas tales como: hacer inteligencia de mercado, eliminando cuellos de botella, gestionando más conectividad o innovando en acciones de promoción.

OBJETIVO NACIONAL E INVERSIONES.

Otro de los objetivos estructurales planteados es aumentar el acceso de la población al turismo, pasando del 47% de personas con al menos un viaje al año al 65%, apenas 10 puntos por debajo del promedio europeo. Esto implicaría generar 22 millones más de arribos anuales para 2019, o sea un 47% más que en 2015; y $ 62.400 millones de gasto real (+58%).

¿Cómo?, otra vez: haciendo inteligencia de mercado, eliminando cuellos de botella, gestionando mayor conectividad, nuevos productos y destinos, potenciando la comercialización con acuerdos con tarjetas (un ¿Ahora 12 turístico?) y turismo social.

En materia de inversiones, Macri anunció que habría un desembolso público directo de $ 11.544 millones, procedente de fondos del MinTur, financiamiento internacional y las provincias. En realidad, esa suma parte de aplicar los créditos del BID ya concedidos (más una ampliación en 2018) y el presupuesto anual del MinTur, que de por sí tiene un crecimiento muy moderado. Aunque en el reparto de las partidas, en el bienio 2018-19 se nota una redistribución muy favorable a las acciones de promoción y del Inprotur por sobre el resto.

Por último, lo que fue definido como el gran objetivo del Plan, figura el generar 300 mil nuevos puestos de trabajo directos en la actividad, elevando la masa laboral en un 28%.

Fuente: Ladevi
06/05/2016