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Bodegas de Mendoza: 10 consejos para armar tu viaje enoturístico

Bodegas de Mendoza - Enoturismo

Bodegas de Mendoza – Enoturismo

Mendoza es una de las capitales mundiales del vino. La octava para ser mas preciso. Una serie de factores como su rica historia vitivinícola, la calidad de los vinos y los paisajes maravillosos han hecho que la provincia esté en los principales destinos turísticos en la actualidad.

Es por esto por lo que vamos a dar algunos consejos para aquellos aventureros que quieran visitar este destino obligatorio para los enoturistas. Y respecto a esto, es interesante diferenciarlo del turista tradicional que pisan suelo mendocino. ¿Cómo saberlo?

 

Turista convencional: viaja a Mendoza y aprovecha a visitar bodegas y probar vinos.

Enoturista: arma y planifica su viaje exclusivamente con el objetivo de visitar bodegas y probar vinos

 

Para estos últimos son los siguientes tips:

  1. Programar

En Mendoza existen más de 1.000 bodegas, por lo que llegar y recién ahí ver donde ir es lo peor que pueden hacer, porque las probabilidades de terminar mareados son muy altas. Lo ideal es responder las siguientes preguntas:

¿Cuántos días vamos a viajar? Fundamental para calcular el presupuesto destinado y los lugares a donde vamos a poder ir.

¿Qué vamos a hacer? Si el viaje es 100% con destinos a bodegas de Mendoza, tengamos en cuenta que podemos alternar con otras actividades en esos mismos lugares.

Bodega Gimenez Riili, por ejemplo, ofrece actividades al aire libre como cabalgatas, bicicletas por viñedos y trekking

Finca Agostino con sus entretenidas clases de cocina, donde los visitantes recolectan los ingredientes frescos en la huerta mientras aprenden el armado de empanadas típicas.

Rosell Boher Lodge nos permite disfrutar de un yacuzzi en la terraza de cada habitación, ideal para terminar un día agitado por recorridos y visitas, mientras el sol se esconde por las montañas y disfrutamos una copa de espumante.

 

  1. ¿A dónde vamos a ir?

Importantísimo conocer qué zonas vamos a visitar y dónde vamos a alojarnos. Por ejemplo, las zonas céntricas están cercas de Luján de Cuyo y Maipú. Si pensamos en Valle de Uco, pensemos en casi 1.30 hora de viaje. Más todavía si tenemos en cuenta el sur de Mendoza para conocer (entre 200 y 250 km desde la capital) .

 

  1. Reservar

Las bodegas más organizadas siempre toman reserva, esto también nos va a ayudar con el itinerario que armemos. Existen establecimientos (sobre todo los más populares) que pueden tener disponibilidad de casi 30 días de diferencia con la fecha de consulta. Por eso, mientras antes los contactemos, mejor.

También el contacto de la reserva nos sirve para poder tomar un contacto directo con la bodega y aprovechar para describir el contexto en el que viajaremos (por ejemplo, si es un viaje familiar, tener en cuenta que no en todos lados reciben niños).

Casa Vigil es uno de los preferidos por los turistas de todo el mundo y para no perder la oportunidad de conocerlo es necesario reservar.

 

  1. Confiar en agencias de turismo oficiales

Más allá que contemos con Trip Advisor y decidamos auto gestionarlos la travesía enoturística, no perdamos el foco a último momento en algún arrebato de desesperación y terminemos apelando “al amigo de un amigo de un conocido que nos hace el recorrido más barato”, porque a veces esto puede salir muy caro.

Busquemos agencias oficiales y choferes con habilitaciones para que nuestro viaje ser realmente productivo. Además ellos nos pueden guiar y aconsejar sobre nuestro itinerario y, si han hecho muchas degustaciones, tener un chofer sobrio está muy bueno.

 

  1. No volverse loco con el vino

Sea un viaje corto o un viaje largo, siempre vamos a terminar intentando probar más vino del que realmente podemos. Precaución: no volvernos locos con el vino. Pensemos que podemos en una mañana visitar hasta 3 bodegas de Mendoza, y verdaderamente si en la primera y desde temprano comenzamos a probar más vino del que podemos, no vamos a llegar ni cerca de la tercera.

Nunca olviden esto: una copa de vino, un vaso de agua. De esta forma podremos llegar más enteros al final del día.

 

  1. Abrir la mente

Seguramente quienes ya visitaron alguna vez Mendoza, o tienen un amigo que les hizo llegar un vino de la provincia, o quizás ya tengan predilección por alguna marca en especial, no se cierren a esto en el viaje. Aprovechen a probar cosas nuevas, raras, diferentes. ¡Es una oportunidad única cada visita!

Weinert y su bodega es un lugar fantástico con muchísima historia que no muchos conocen, un edificio increíble y vinos excelentes, lo cual se transforma en una para obligada para salir de lo convencional.

Bodega Belasco de Baquedano ofrece una experiencia única con su sala de aromas, donde aprenderán a reconocerlos de forma sencilla en las diferentes etapas de elaboración del vino.

Chandon Argentina ofrece un almuerzo maridado 100% con espumantes (es el único de Argentina que lo hace). Además cada inicio de estación el menú se renueva.

 

  1. Preguntá todo lo que quieras y escuchá lo que más puedas

Aprovechá el momento y la situación en cada lugar. ¡Viajaste demasiados kilómetros para que la timidez te gane! Interactuar con los guías y enólogos es de los mejores provechos que podemos sacar en una visita. Consultar esas dudas que por más simples que parezcan, siempre es mejor aprender de primera mano para que de a poco nos convirtamos en expertos.

 

  1. Sepamos que hay mucho más que vino

Este “boom” del enoturismo hizo que muchos establecimientos mutaran su concepto de turismo. De ofrecer degustaciones y recorridos por bodegas de Mendoza, hoy el mayor fuerte es que uno puede vivir una experiencia completa. Desde almuerzos y cenas con gastronomía del más alto nivel, tardes de té, clases de cocina, etc. Además actividades extras como cabalgatas, bicicletas, caminatas, yoga, etc.

Clos de Chacras es una bodega urbana con un lugar fantástico para cenar y muy cerca de la capital de Mendoza.

 

  1. Saber en qué épocas viajar

Este punto está muy relacionado con la planificación, ya que de acuerdo al momento del año que elijamos viajar, va a ser lo que podamos vivenciar. Mi consejo es aprovechar entre febrero y mayo que es donde se sucede la vendimia. Poder degustar vinos en fermentación, ver la cosecha, probar los granos de uva y vivenciar toda la magia de crear un vino, realmente no tiene precio.

 

  1. Consultar por envíos a domicilio

Los viajes, ya sean largos o cortos, les aseguro que con planificación van a poder visitar MUCHAS bodegas, y a veces pensar en trasladar o viajar con botellas de vino se vuelve un tanto molesto. Es por eso que muchos de estos establecimientos ofrecen enviar el vino a domicilio. ¿Imagínense estar tranquilos en su casa y de repente recibir en la puerta ese vino que tanto les gusto!

Algunas bodegas de Mendoza poseen una sección de compras OnLine en su propia web para que luego de la visita, podamos elegir qué vino queremos disfrutar en casa.

 

Extra: compartir la experiencia con otros viajeros

El viaje no termina cuando volvemos a casa. De repente nosotros nos volvemos una fuente confiable de información y sobre todo: recomendación. Las plataformas de redes sociales hoy en día nos permiten compartir todas nuestras vivencias (o por lo menos las más lindas), logrando de esa forma que otro viajero se convenza de realizar ese mismo viaje.

 

Fuente: thebigwinetheory.com