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Devaluación en el reino del revés

Devaluación

Varios operadores que trabajan el receptivo internacional criticaron la actitud de buena parte de la hotelería que a pesar de la devaluación mantuvo sin cambios sus tarifas en dólares.

Eso, sumado al efecto de la forzada corrección de las “distorsiones” cambiarias que arrastraba la comercialización, amenaza con licuar el beneficio competitivo de la medida para el producto Argentina. Desde el exterior ya se hace sentir la incomprensión frente a una devaluación con aumentos.

Cómo puede ser que si devaluaron su moneda un 40% nos aumenten las tarifas en dólares?”, palabras más, palabras menos, es la azorada pregunta que la se- mana pasada le hizo un operador europeo a su receptivo en Argentina.

Es que en el exterior no se concibe la larga trama de distorsiones que hace que hoy, después de una devaluación de casi el 35%, el producto turístico Argentino valga –con suerte– lo mismo que hace dos semanas.

EL ROMPECABEZAS ACTUAL.

Antes de desandar la durísima puja desatada al interior de la cadena de valor turística local, hay que ensayar una suerte de panorama de la situación pos devaluación.

El blanco de la crítica de los operadores receptivos internacionales está puesto en la actitud de los hoteleros. Aunque en realidad han sido diversas las respuestas, la que claramente surge como hegemónica es la decisión de no modificar los precios expresados en la divisa estadounidense. “La gran mayoría están manteniendo las tarifas en dólares. Con lo cual no hay un beneficio de la devaluación. Lo que esgrimen es que ellos las mantuvieron durante los últimos años a pesar de la inflación, y ésta sería la oportunidad que tienen para adaptarse”, resumió Martín Zanone, director de Eurotur. Dicho de otro modo, si un operador extranjero pagaba U$S 100 (por decir un número redondo), hoy paga exactamente lo mismo, pero el establecimiento en vez de recibir $ 960 se queda con $ 1.350.

“Salvo alguna honrosa excepción, se comieron todo lo que podría haber sido el efecto positivo de una devaluación en la competitividad del producto argentino. O antes perdían o ahora ganan mucho”, resumió Tomás Ryan, titular de Ryan’s Travel.

“Antes un dólar era igual a $ 9,50, hoy a $ 14. Con esa mentalidad vamos a parar a los caños y nos tenemos que olvidar del receptivo”, es uno de los mails con que un operador le respondía a un hotelero frente a la decisión de mantener las tarifas dolarizadas de los últimos dos años. Más gráfico aún: “¿Cómo que no las tocaron? Están borrachos o yo soy gil, hay un 40% de diferencia y no creo que paguen al personal los insumos en dólares”. Dos instantáneas de la tensión vivida en las últimas jornadas.

Lo dicho hasta ahora ni explica la situación, ni es por asomo lo más sorprendente de lo que se vivió en la última semana. “Hasta nuevo aviso todas las reservas para residentes estarán cotizándose con nuestro tarifario en dólares”, informaba una cadena a sus comercializadores para sus dos establecimientos en la Patagonia.

Pero también hubo excepciones positivas. Alguno que decidió reajustar entre un 10% al 15% hacia abajo para prepagos y otro que aplicará tarifas de baja hasta que se defina el panorama son parte de esa rara avis.

“La baja final en los programas terminará rondando el 5%, no más que eso. La mejora de la competitividad en estas circunstancias no se va a dar, con lo cual a corto o mediano plazo es una oportunidad perdida”, completó Zanone.

EL REINO DEL REVÉS.

Lo que es harto difícil de explicar a otro terrícola es que una tarifa que estaba US$ 80, después de una devaluación del 35%, ahora pase a costar US$ 100. Y lo peor es que ya no estamos en el terreno de las excepciones.

“Yo diría que el efecto de la devaluación en el receptivo ni siquiera es que sea nulo, al contrario, es negativo”, sorprendió Osvaldo Stancato, presidente de Tiempo Libre, quien explicó: “El problema es que muchos operadores, forzados por la situación enrarecida del mercado cambiario, recalculaban las tarifas para poder seguir vendiendo Argentina en el exterior. Por ejemplo, un hotel pasaba una tarifa de US$ 100 a $ 10. El operador receptivo lo recalculaba a $ 14 y decía que le costaba US$ 70. Le agregaba su mark up y lo vendía a US$ 80 en el exterior. Hoy con un mercado unificado tiene la necesidad de empezar a venderlo a US$ 100. Por eso, ahora le tiene que explicar al cliente (esos reclamos ya se están dando) cómo puede ser que habiendo devaluado hayan subido las tarifas”.

Dicho de otro modo, el hotel no subió ni bajó sus tarifas en dólares, pero habían bajado y ahora suben. Es que la disputa de los receptivos por tener tarifas competitivas para paliar el encarecimiento del producto llevó a que varios buscaran el equilibrio en el mercado informal. “Lo que perdían de tarifa lo recuperaban con la diferencia cambiaria. El problema es que los hoteleros ahora se pusieron firmes para que no les trasladen la pérdida”, confesó un jugador del mercado.

NOS VEMOS EN LA FITUR.

El tema es que al margen de las rencillas al interior de la cadena local, en pocos días el producto Argentina se verá frente a frente con los compradores internacionales en la Feria de Turismo de Madrid (Fitur). “Va a ser un lío. Es la primera gran cita de los operadores europeos con receptivos y hoteleros (…) Brasil devaluó y bajó sus tarifas. Chile hizo lo propio y reajustó sus cotizaciones en dólares. O sea, hay casos recientes donde eso sucedió.

Y al que nos está mirando de afuera le va a costar entender que nosotros no bajemos las tarifas”, explicó Zanone.

“Yo voy a la Fitur a poner la cara”, ironizó Stancato, quien dijo que en el exterior no se entiende la desprolijidad de los argentinos.

UN PAR A FAVOR.

Al margen del estupor que pueden generar estas situaciones, lo cierto es que con un mercado único de cambios se achica al mínimo la posibilidad de nuevas distorsiones. Como las que llevaron a que pese a tocar el récord de ingresos de extranjeros, en las arcas del Banco Central ingresaran en 2014 el mínimo histórico de dólares desde 2003 por concepto de Turismo.

Por otra parte, de un lado y del otro saben que el mercado no va a convalidar un encarecimiento del producto. Por eso, ya hubo reuniones de hoteleros en la Ciudad de Buenos Aires y en El Calafate para tratar de encontrar una respuesta a la situación. Asimismo, ya a nivel institucional, la Cámara Argentina de Turismo se ofreció de mediadora entre la Faevyt y la Fehgra y la AHT “para conversar y tratar de buscar un punto medio entre ambas posturas”.

“El mercado va a poner las cosas en su lugar. Cuando uno arranque y recalcule las tarifas va a ver que se le llena el hotel y sus vecinos le van a copiar la receta”, confió el presidente de Tiempo

Fuente: Ladevi
31/12/2015