Es un museo a cielo abierto, autoría de los artistas Fausto y Yamila Marañón. Está en Uspallata, Las Heras, y las obras tienen una estrecha relación con la naturaleza.
Magia, misterio, historia, naturaleza y también grandes obras de arte alberga nuestra imponente cordillera de Los Andes. Como si no fuera hermosa por sí sola, un padre y una hija –dos exquisitos artistas, pero por sobre todo dos exquisitas personas- crearon en San Alberto (Uspallata, Las Heras), un museo a cielo abierto poco convencional.
El Parque de las Artes Marañón Reserva Cultural, creado por Fausto y Yamila Marañón, tiene un estrecho vínculo con la naturaleza y la cultura andina. Ubicado muy cerca al Camino del Inca y a antiguos sitios arqueológicos, ofrece a los visitantes una experiencia única que los conectará con el mismísimo Universo.
En palabras de Yamila, el lugar surge a través de las obras de su padre, quien hacía exposiciones temporales en reservas naturales: “Su obra está en una relación directa con la naturaleza. Toda la logística que demandaba esta producción nos llevó a tener un museo propio. Y Uspallata nos dio el marco ideal para el proyecto por las dimensiones paisajísticas que están acordes a la monumentalidad de la propuesta artística”, señaló la artista.
El Parque de las Artes Marañón cuenta con más de 23 hectáreas dedicadas principalmente a la escultura y en donde todo lo que han creado ha sido en absoluto respeto con la naturaleza.
Los visitantes, cuando ingresan al predio, se encuentran con una colección de esculturas y laberintos creados por padre e hija. También hay obras donadas y realizadas en residencia por artistas extranjeros y mendocinos que forman parte del patrimonio del museo.
“El predio propone constantemente nuevas obras y, por ello, cada vez que regrese el visitante encontrará en el lugar nuevas piezas”, señaló Yamila, quien dijo que las visitas son guiadas y enfocadas al plano del arte pero también hacen hincapié en la fauna, la flora y la geología del lugar.
“La mayoría de las obras están íntimamente relacionadas con la naturaleza. Por ejemplo, los miradores de la luna son módulos escultóricos con un círculo en el que, en un determinado momento del año, podemos observar cómo la luna se posiciona en ese lugar y completa la obra”, específicó Yamila.
Al llegar los visitantes al predio del Parque los recibe una guía especializada, quien los lleva obra por obra y le explica en profundidad de qué trata, respetando el tiempo que cada uno necesite para contemplarla. La visita dura entre dos horas y dos horas y media, dependiendo del interés del espectador.
Para poder recorrer y apreciar el lugar aún hay que esperar que este mágico sitio retome sus actividades con un protocolo estricto ante el Covid-19. Normalmente los grupos son de hasta 15 personas debido a que el lugar es al aire libre. Los turnos se pueden solicitar a través de las redes sociales o por la página web del lugar.
El valor de la entrada es de 700 pesos por personas, que incluye la visita guiada, una obra autenticada de Fausto o Yamila y el acceso a la Casa de la Luna, donde hay una exposición permanente en pequeño y mediano formato.
Así, “el Parque de las Arte Marañón propone conocer una manifestación cultural única y vivir una experiencia de conexión con el arte y la naturaleza”, finalizó Yamila.
Fuente: el Sol por Gema Gallardo