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El río Tunuyán, un atractivo náutico en auge

Hasta hace 10 años sólo lo aprovechaban los pescadores, pero hoy es un cauce en el que abundan balsas de rafting, kayaks y otros deportes aventura. Un destino sin techo.

Se siente la ebullición de adrenalina. El guía anuncia que se viene un rápido. Los navegantes cruzan miradas, traban los pies en el gomón y se aferran al remo. “¡Adelante!”, grita el conductor y el grupo se interna en una nueva aventura, tras la cual salen empapados, exhaustos y felices. Entonces, viene el festejo.

Los remos se juntan hacia el cielo y un grito -mezcla de pánico y alegría- despabila las quietas márgenes del río Tunuyán en el Valle de Uco.

Quizá sea por apatía. Quizá por el mito del peligro. Quizá el considerar a los ríos como dadores de vida -propio de los habitantes del desierto- impidió que se tomara como objeto de disfrute. Lo cierto es que hasta hace unos años, los únicos que aprovechaban el río Tunuyán Superior eran ciertos pescadores.

Pero en tan sólo diez años, este afluente, que atraviesa la geografía valletana, se despojó del perfil huraño y solitario que lo caracterizaba.

Hoy el río Tunuyán se expone como uno de los destinos atractivos que ofrece la provincia para realizar actividades recreativas y deportes náuticos. Y hay quienes aseguran que su potencial recién está “en pañales”.

Sus aguas han formado a deportistas que representan al país en el mundo y actuaron como escuela de guías para muchos chicos de la región. Es escenario tanto de competencias nacionales, como de juntadas y desafíos organizados entre amigos que buscan divertirse sanamente.

Incluso, este verano las comunas de Tunuyán y San Carlos se empezaron a entusiasmar con la posibilidad de armar playas en su vera, al estilo de Luján de Cuyo.

Pero su gran potencial está en los cientos de mendocinos y turistas que año a año se suman a la “experiencia mágica” de dejarse llevar por su corriente.

“Me encantó. Tenía miedo de caerme, pero fue fabuloso. ¿Lo mejor?… cuando te golpean las olas de agua achocolatada”, sostuvo Julieta Bordón (13) mientras usaba sus últimas fuerzas para sacarse el casco y las botas de neoprene.

Seducidos por el río

“Nací y siempre he vivido en el Valle de Uco, ¿cómo puede ser que no supiera que podía hacer estas actividades acá a la vuelta?”, confió el tupungatino Adrián Estrella. Conocedor del paisaje de la zona, aseguró que la montaña muestra otros perfiles desde el río.

La versatilidad de este curso de agua es, quizá, el secreto de su seducción. En el tramo que va del dique Valle de Uco hasta el puente que cruza la ruta 92, ofrece un nivel de complejidad similar al del río Mendoza (clase 3). Pero aguas arriba del dique, se vuelve más exigente (clase 5).

Claro que quienes buscan la calma y la diversión segura también encuentran asilo, pero aguas abajo del Puente de Hierro sobre la ruta 40. 

La única empresa que realiza rafting en el Tunuyán es Río Extremo. Marcelo Flores fue el primero que se animó a surcar las aguas del afluente valletano y apostar a que podían convertirse en un destino de turismo aventura. “Nos llevó un tiempo desentrañar sus misterios, pero a medida que lo andás el río te sigue seduciendo”, apuntó este deportista oriundo de la región.

Él guiaba bajadas en el Mendoza. Estaba trabajando en el ‘97 en Uspallata cuando le llamaron que había un grupo de jóvenes de un colegio de Santa Fe, alojados en Campo Los Andes. Habían visto el río aledaño y querían hacer rafting allí. Ese fue el primer viaje de reconocimiento que hizo Marcelo por el curso de agua y descubrió que tenía un gran potencial.

En el 2007 inauguraba a la vera del río su moderna base, construida con fardos de pasto, techo de paja y amplios vidrios para contemplar la montaña en todo su esplendor.

“Es un río muy entretenido. La gente se copa con el paisaje que aparece en cada recodo del camino”, dicen los guías. De tanto transitarlo, el río les dio confianza para identificar sus rápidos y bautizarlos. Así están el Triángulo, Irene, la Novia y La Suegra.

Otros valletanos también aprendieron a usar el Tunuyán a su medida. Desde hace años, andar en kayak en cierto tramo del río es parte de competencias en posta que organizan los amantes del enduro y deportes extremos.

Pero también hay mendocinos que que organizan juntadas para hacer amigos a través del deporte en el MEK (Mendoza en Kayak) y se sorprendieron por la convocatoria del río Tunuyán. Días atrás, cerca de 50 deportistas y sus familias participaron de bajadas en “sit on top” en la parte tranquila del afluente.

“Es un río hermoso y no le damos la importancia que merece”, aseguró el tupungatino Horacio Mateluna. El hombre contó que hicieron un interesante recorrido de 17 kilómetros, que fue desde el puente sobre la ruta 40 hasta el arroyo La Estacada, con una parada obligada en el anfiteatro de La Tonada.

Animate a probar la adrenalina en este hermoso río de montaña, tan tipicamente Mendocino. Venite a Mendoza y te llevamos a vivir esta experiencia aventurera!

Fuente: Los Andes, por Gisela Manoni