La restricción al cupo de transferencias y su combinación con la incertidumbre derivada de lo que sucederá con el recambio gubernamental genera una coyuntura singular y una disparidad de reacciones a corto plazo. Dialogamos con el presidente de la Faevyt buscando algunas definiciones.
A dos semanas y como no podía ser de otra manera, el recorte del cupo habilitado por el Banco Central para transferencias al exterior (que bajó de US$ 150 mil a US$ 75 mil), sigue generando polémica. Y lo que fue noticia breve en los medios masivos, comienza a extenderse, sobre todo porque el despliegue de medidas de mitigación es cada vez más amplio. Justamente, esta combi- nación de medios masivos y medidas generó esta semana un nuevo y polémico anuncio cuando directivos de Despegar.com confirmaron a La Nación que se eliminaba la venta en cuotas. En este contexto dialogamos con Fabricio Di Giambattista, presidente de la Faevyt, buscando algunas definiciones.
–Imaginemos un escenario de devaluación en diciembre, ¿qué pasa en el mercado?
–La verdad es que nadie sabe nada, justamente el problema hoy es la incertidumbre. Porque nadie sabe cuál es la propuesta económica para el sector turístico. Hay muchos diagnósticos, suposiciones y versiones, pero la verdad es que no hay una certeza. Y por otra parte, la situación actual es atípica, sobre todo en lo que hace a la comercialización de servicios turísticos que nos atañe directamente. Hoy uno vende, genera la DJAS y transfiere. Pero hoy en algunas empresas impacta el límite fijado. Ese tope a veces no es tan estricto, pero no alcanza para el nivel de ventas, y no hablamos solo de los operadores, sino de las agencias de viajes que a veces concentran sus ventas en unos pocos mayoristas. Por eso hay empresas que entienden que deben preservar su patrimonio y su propia economía, y toman determinadas decisiones. En algunos casos habilitaron pago en destino, en otros aumentaron las tarifas, en otros venden solo a 30 días y otros hasta marzo. Como Federación hemos entendido y atendido, hemos dialogado con muchísimos operadores y agencias, comprendiendo estas situaciones.
–Sin límite en las transferencias pero “devaluados”, ¿es un esquema potable?
–Todos creemos, por lo que se palpita o se escucha, que hay un retraso cambiario. Esto lleva a pensar que en un término “X” de tiempo (una semana, 120 días o un año), habrá un movimiento con relación al tipo de cambio. Pero la clave, en realidad, es ver cómo se planteen y se hagan esas modificaciones. Institucionalmente, creemos que debe haber un dólar único y reconocido.
–¿Pero una devaluación no podría impactar negativamente en la decisión de viajar de al menos un segmento de la población?
–Hay que ser cautos. Por un lado están las necesidades del Turismo que uno entiende y son unas. Y después están las necesidades de los argentinos, que pueden ser otras. Como argentino yo quisiera que pase una cosa, pero como empresario quisiera quizás que pase otra. Alguna definición tiene que haber pero no la va a haber hoy, y eso justamente genera la incertidumbre. Si los operadores que concentran hoy el gran volumen de las ventas, pudieran transferir el 100% de sus necesidades monetarias esto se acomodaría y no habría ningún problema. Hay una coyuntura de corto plazo que está produciendo ese desajuste, pero hay que saber cuánto va a durar. Pero esa incertidumbre no afecta solo al Turismo, pasa en todos los sectores de la Economía. Hoy tenemos un tipo de cambio, con ese emitimos y con ese giramos: lo tenemos clarísimo, lo sabemos. Pero cuando uno pi- de las DJAS se inicia un pro- ceso y cuando uno va a transferir se encuentra con las imposibilidades y que no se pueden honrar todos los pagos.
–¿El pago en destino no altera cuestiones como la comisión y el acuerdo comercial que se tiene con el pro- veedor (hotel, empresa de traslado, etcétera?
–Hace muchos años se trabajaba y aplicaba esta modalidad. Pero la verdad es que dificulta el seguimiento, el tema de las comisiones, se alteran los plazos, y demás. Como agentes de viajes hemos vendido en cuotas desde hace mucho tiempo, hoy sale la noticia en un matutino que parece que se cortan. La realidad es que no todas las empresas tomaron esa decisión. Sí es cierto que las compañías aéreas, en general, renovaron el tema de las cuotas, pero con interés y a una tasa más alta.
–Una pregunta filosófica: en este panorama, ¿quién gana?, ¿el grande o el más inteligente?
Cuando uno proyecta una empresa sabe que no siempre va a ganar. Ésa es la intención continua, pero uno sabe que a veces le toca ganar ya veces le toca perder. De 2008 a la fecha nos ha ido algunos años bien y otros mal. El ganar pasa por saber cuál es la responsabilidad empresarial. Debemos garantizar cada servicio que ofrecemos, también debemos garantizar la calidad, ya que ponemos en riesgo el nombre de la empresa y hay muchas personas que viven de cada compañía. Todo esto demanda un compromiso y una responsabilidad con la actividad y eso no se traduce en quién gana en esta situación. Estamos en una coyuntura de muy corto plazo, en la que algunos pueden sacar más provecho que otro, pero eso no es ganar.
Fuente: Ladevi
20/11/2015