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Guía para recorrer las mejores bodegas de Mendoza

Te ofrecemos seis propuestas en la capital nacional del vino, que en el marco de un paisaje encantador; ofrecen visitas guiadas y degustación de etiquetas premium.

Pensar en Mendoza es pensar en vinos, viñedos y bodegas. Es que, en esta provincia ubicada en la región Cuyo de la Argentina, existe una enorme variedad de propuestas vinculadas al enoturismo, donde algunas de las principales bodegas de nuestro país ofrecen degustaciones, visitas guiadas, alojamiento y platos de gastronomía gourmet. Si bien se recomienda visitarlas durante la época de vendimia, son opciones perfectas para disfrutar durante todo el año. A continuación, te presentamos seis bodegas imperdibles:

 

Bodegas Trapiche (Maipú): en el marco de un paisaje natural lleno de viñedos y olivares, Bodega Trapiche es un lugar que invita a vivir una experiencia enológica y arquitectónica inolvidable. Aquí, la propuesta es conocer el proceso de elaboración de vinos de alta gama, probar los platos que se ofrecen en Espacio Trapiche y disfrutar de una bellísima caminata por los viñedos, adentrándose en la historia de la vitivinicultura argentina a través de un moderno museo.

La degustación clásica –donde se brindan copas de Trapiche Costa y Pampa, Fond de Cave Reserva y Medalla–incluye visita a viñedos, bodega y museo. Por su parte, la cata de alta gama incluye degustación de Fond de Cave Gran Reserva, Gran Medalla, Terroir Series e Iscay.

Espacio Trapiche es el nombre que recibe el restaurante de la bodega, que fue inaugurado en 2016. Su construcción está integrada con la naturaleza que rodea la zona y cuenta con una carta que combina a los vinos del winemaker Daniel Pi, con los platos del chef Lucas Bustos. Cabe destacar que la reconocida Guía Michelin incluyó este local como uno de los tres más recomendados de Mendoza en 2018.

 

Bodega Santa Julia (Maipú): aquí, se vive la vendimia a través del programa “Vení a cosechar” en Casa del Visitante, donde hasta principios de abril se invita a todos aquellos que deseen disfrutar de la época, bajo la supervisión de profesionales que guían por el mundo de la vitivinicultura.

Es una actividad de día completo que se desarrolla en Finca Maipú, donde luego de disfrutar de un buen desayuno, los turistas son llevados hacia una visita guiada donde se les informan las tareas que se efectúan para la preservación y producción sustentable del vino. Más adelante, llega la hora de la cosecha propiamente dicha, con explicaciones sobre las técnicas de recolección de uvas.

Una vez terminado esto, el programa puede seguir con una visita a la bodega, degustación, picada o almuerzo en el restaurante. Además, la Casa del Visitante brinda visitas que parten desde La Cava, recorren el área productiva y terminan en una degustación de vinos. Otras opciones son: picnic en los jardines, tardes de té, bicicleteadas por el olivar y visitas guiadas a bicicleta por los viñedos.

 

Bodegas Bianchi (San Rafael): al pie de la Cordillera de los Andes, Bodegas Bianchi ofrece un espacio con visitas guiadas, degustaciones, picadas, recorridos en bicicleta y la opción de ser “enólogo por un día”. El recorrido más simple dura aproximadamente 30 minutos. Aquí, sin reserva previa, todos los días de 9:30 a 16:45, se brindan salidas para conocer los vinos y espumantes de la firma, recorrer una muestra de viñedo, aprender sobre los procesos de elaboración, probar vino de tanque y visitar la cava de barricas.

Por otra parte, con reserva previa, se puede hacer todo lo descripto con anterioridad y ser parte de una cata en la cúpula central de la bodega, en un paseo que se realiza todos los días entre las 9:30 y las 15:30. Además se puede hacer lo mismo pero en bicicleta.

Quienes deseen ser enólogos por un día, podrán realizar vinos personalizados con la asistencia de un sommelier, que dará indicaciones de acuerdo a los gustos y preferencias de los visitantes. La actividad se realiza con reserva previa y dura 90 minutos.

Otra opción es pedir una tabla de carnes ahumadas exóticas, que incluye salmón, ciervo, jabalí, ñandú y quesos, y dos copas de vino.

 

Bodegas Zuccardi (Valle de Uco): en el marco de un lugar donde prevalece un clima frío y seco, Bodegas Zuccardi brinda visitas guiadas y almuerzos en el marco de un paisaje sin igual. En total, tiene cuatro opciones de degustaciones: Zuccardi, Valle de Uco, Experiencia Terroir y Nuestras Fincas, que se realizan de miércoles a domingos en tres horarios (10:30, 12:30 y 16:00 horas).

De miércoles a domingos, al mediodía, también se puede almorzar en el restaurante Piedra Infinita Cocina, cuyo menú está a cargo del chef Matías Aldasoro. La propuesta consiste en cuatro pasos con tres opciones de maridaje, elaborada con productos típicos y orgánicos de la región.

El restaurante, completamente vidriado con vista a los viñedos, además cuenta con una huerta de aromáticas a disposición de los turistas.

 

Bodegas Salentein (Valle de Uco): una visita a este lugar fusiona vino, arte, gastronomía y confort. Acá, la propuesta se basa en distintas degustaciones, con acceso a galerías de arte.

De martes a domingos se ofrecen los siguientes tours: Especial Varietales, Viaje al Malbec, Superior con Primus o Saletein 20 Cosechas, para grupos cerrados de no más de diez personas. También hay tours privados a medida.

Quienes busquen una experiencia de jornada completa, podrán recorrer la bodega a través de un formato que incluye visitas a las galerías de arte y la bodega, con degustación de cuatro vinos de alta gama, almuerzo de cinco pasos, cata a ciegas en el wine bar y un vino Salentein Númina de regalo.

El recorrido arranca en la Capital de la Gratitud, desde donde se accede a la colección de arte privada del Espacio Killka, y sigue con la visita a la bodega y la degustación de cuatro botellas emblemáticas. Continúa con un almuerzo de cinco pasos en el Restaurante Killka y finaliza con una cata a ciegas en el wine bar y una tabla de quesos.

 

Chandon (Luján de Cuyo): en la zona de Agrelo, existe una propuesta gastronómica única en el Bistró Chandon, que fusiona los aromas de los espumantes con técnicas de cocina molecular a cargo del chef Matías Gil Falcón. El resultado es un menú de cuatro pasos que se inspira en el hinojo y resalta los aromas frescos y sutiles de los espumantes de la firma.

En un ambiente elegante y moderno, que combina toques barrocos y franceses, podremos acceder al menú maridado con vinos. El primer paso consiste en un calamar con mollejas de cordero laqueadas en miel de caña, gel de manzanas e hinojos cítricos maridados con Chandon Extra Brut; de plato principal, hay un vacío tiernizado cocinado durante seis horas, con tomate en conserva artesanal, crema de ajo, apios glaseados y cebollas encurtidas, con Baron B Brut Rosé; mientras que de postre, se brinda una crema de hinojo y menta, preparada a partir de yogur, que aporta acidez y un toque casero. En cualquier caso, es necesario realizar reservación.

 

Fuente: Agroempresario