IATA señaló en un comunicado que volar desde y hacia nuestro país no es viable. Pero tampoco es rentable y persiste el peligro de perder conectividad.
“Aunque los nuevos cupos prevén un aumento mínimo y gradual durante las próximas semanas, es insuficiente para resolver la situación de los pasajeros que siguen tirados por el mundo”, comentó Peter Cerdá, vicepresidente de IATA para Las Américas, en un comunicado que la entidad distribuyó en las últimas horas. En ese comunicado, IATA manifestó su gran decepción “ante la última decisión administrativa (DA 683/21 del 9 de julio) del gobierno argentino, que una vez más abandona a su suerte a los ciudadanos y residentes actualmente varados fuera del país y sigue sin considerar los requerimientos operacionales de la industria aérea”. En tal sentido, Cerdá señaló que “como la vigencia de lo anunciado es solo hasta el 6 de agosto, las compañías aéreas están imposibilitadas para confirmar una fecha cierta de vuelo a sus pasajeros posterior a ese día, seguimos sin tener claridad y previsibilidad en las autorizaciones de vuelos y capacidades. Además, no sabemos cuál es la metodología que usan las autoridades para la distribución y asignación. El proceso sigue totalmente arbitrario y a veces parece ser discriminatorio”.
IATA y el aislamiento argentino
IATA recordó, con relación a la pérdida conectividad el cierre de Latam, y la cancelación de los vuelos desde Buenos Aires a Auckland, Doha, Addis Abeba y Londres; y vuelos regionales desde la Argentina a Brasil y Chile.
“Sin que los organismos del gobierno trabajen de manera conjunta con las compañías aéreas es muy probable que más aerolíneas suspendan e incluso abandonen su actividad en Argentina en el corto plazo, impactando la y mermada conectividad del país con el resto del mundo. Más que para las aerolíneas, el daño es para el país y sus habitantes, muchas personas siguen perdiendo sus fuentes de ingreso, empleos y lo que es peor, la libertad de viajar”, comentó Cerdá.
Según IATA , las decisiones del gobierno han puesto en peligro el aporte de la aviación comercial al país, que consiste en US$ 5.900 millones al PBI y unos 43.057 empleos, a lo que se suma la pérdida de conectividad con 107 pares de ciudades y 21 mil frecuencias.
En el comunicado, la IATA renueva su llamado al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para que acceda a la solicitud de una reunión para elaborar un plan a largo plazo que permita a las aerolíneas restablecer la fiabilidad de los vuelos internacionales
Finalmente, la Asociación urge al gobierno argentino a que “siga el desarrollo científico para manejar el acceso al país durante la pandemia. Hay una alta probabilidad que el Covid-19 se vuelva endémico y la solución a largo plazo no puede ser seguir restringiendo la libertad de viajar en la forma actual con medidas generalizadas”, con relación a las nuevas directrices publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomiendan un “enfoque basado en riesgo” para las medidas relacionadas con el Covid-19 y los viajes internacionales.
La falta de rentabilidad
La ausencia de rentabilidad, para las líneas aéreas, tiene que ver con la conjunción de tres factores artificiales. El primero de ellos es la imprevisibilidad, al no poder tener programaciones firmes y confirmadas a mediano largo plazo, muchas líneas aéreas optan por no vender tickets (unas pocas venden igual).
Muchos de los asientos se llenan, por otro lado, con viajeros que han visto cancelados sus vuelos en el pasado cercano. Es decir, con tickets ya vendidos y pagados, lo que también merma las posibilidades de venta. Y, por último, muchos de los vuelos se autorizan, por parte de ANAC, con una limitación en el número de asientos disponibles. De modo que los vuelos internacionales, que en muchos casos por cuestión de autonomía se deben operar con aviones grandes (de un mínimo de 220 asientos), no pueden venderse en su totalidad para respetar el cupo semanal de 1.000 que impone la norma. La alineación de estos tres factores plantea una operatoria muy poco rentable que sólo intenta ser compensada, en algún caso, con un aumento en las tarifas.
CAT se suma nuevamente al reclamo
Gustavo Hani, presidente de CAT, se sumó a los reclamos de mayor previsibilidad en el marco de una entrevista recientemente concedida a Infobae: “Lo que más nos ha costado hacer entender es la necesidad de previsibilidad de nuestro sector, esta es la clave para el turismo”, indicó Hani en relación con sus reclamos al Gobierno.
“Si nos dijesen una fecha de la apertura de fronteras, sería más fácil. Luego, si por razones sanitarias hay que modificarla, nosotros vamos a acompañar la decisión, pero necesitamos un margen mayor. Si nos dicen que las fronteras se abren en el tercer trimestre, tenemos una diferencia de 90 días entre el 1º de octubre y el 31 de diciembre. No es que vos abrís y tenés a todos los viajeros haciendo fila para entrar.”
“Aunque sea cierta previsibilidad dentro del contexto que estamos viviendo. Pero no esto de sacar el decreto dos horas antes de que se venza el anterior, pudiendo hacerlo con una semana de anticipación. Nos facilitarían mucho el trabajo”, comentó el presidente de CAT en la entrevista.
Fuente: Ladevi – Por Alejo Marcigliano
30/07/2021