Se trata de un gran médano –un “alto” de más de 20 metros de altura– que permite una amplia observación. Está a casi 80 kilómetros de la ciudad capital
Y el ascenso supone un recorrido de 132 metros, por la arena y en pendiente, pero fácilmente accesible. Sirvió de mirador natural a los antiguos pobladores de estas tierras: los huarpes. El cauce del río Mendoza se encuentra a 2 kilómetros del médano. Se realizan visitas guiadas en noches de luna llena –con previo recorrido y reconocimiento de la flora y fauna del lugar–, que culminan con una degustación de queso de cabra artesanal y vino casero