La Avenida Juan B. Justo, a fines del siglo XIX y principios del XX, fue hogar de los primeros inmigrantes ya que allí, por su cercanía con el ferrocarril, se edificaron numerosos conventillos y también las llamadas Casas de Inquilinato o Vecindad. Aún se puede ver una antigua construcción, testigo de esa época, sobre Juan B. Justo 175-183, cuyo frente deja al descubierto el ladrillo y las estructuras metálicas de la época; fue construida en 1915 para alojar los ingenieros del ferrocarril. Este Casa de Inquilinato ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Ciudad en 1991 y hoy allí funcionan locales comerciales y departamentos de alquiler.
En los últimos años la avenida Juan B. Justo se ha ido convirtiendo en una destacada arteria capitalina: a lo largo de sus ocho cuadras se ha desarrollado e instalado un importante polo turístico con hotelería de distinta categoría y gastronomía muy variada, transformándose así en uno de los sitios preferidos de diversión nocturna.