Es un emblema arquitectónico de Lavalle, que congrega tanto a feligreses como a los apasionados de la arquitectura. También fotógrafos, patrimonialistas y amantes del silencio.
Fue construida por los jesuitas en 1609, con ramazones y palos de algarrobo, y renovada con adobe en 1753 por los franciscanos. Abatida por el terremoto de 1861, la que hoy podemos visitar se reconstruyó sobre los antiguos muros y cimientos. La antigua imagen de Nuestra Señora del Rosario, se encuentra en el centro del altar, en una vitrina que la protege del polvo. Posee rasgos de la antigua arquitectura virreinal y el altar, como en todos los templos coloniales, está adosado al retablo. Al oeste de la Capilla, puede verse un pequeño cementerio donde yacen antiguos misioneros, vecinos y caciques huarpes.