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A 50 km de Malargüe, en pleno corazón de Los Andes, el paisaje cordillerano se abre en un valle rodeado de picos nevados, cerros, ríos, arroyos, piedras y lagunas: el Valle de los Molles. En esta zona privilegiada por la naturaleza, situada a unos 3.000 metros de altura, emergen aguas mineralizadas y termales, que gracias a sus características fisicoquímicas, adquieren propiedades terapéuticas y medicinales.

En el Valle de los Molles hay hoteles con infraestructura ideal para baños de inmersión en aguas mesotermales (de 36° a 48°), de alta concentración salina y sulfurosas y terapias de vaporización, de aguas sulfurosas, ferruginosas, sulfhídricas, clorosulfatadas, sódicas, cálcicas, entre otros. En este espacio de alta montaña se busca producir y fomentar la conexión del huésped con la naturaleza, por eso todas las actividades que allí se ofrecen giran alrededor de la idea de despertar los sentidos y la armonía con el paisaje inspirador: aguas termales, montaña, viento, nieve, sol, el entorno y los establecimientos ofrecen todo para la aventura y el descanso.

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