La Villa 25 de Mayo está a unos 22 km de San Rafael, en Mendoza, un pueblo cautivante lleno de historia.
Como cada vez que voy a un lugar que no conozco, busqué un poco de información, y me entero que aquí es donde se registra el primer asentamiento colonizador de la zona. Se fundó el 2 de abril de 1805 con la construcción de un fuerte para detener los malones que acechaban desde el sur. Saber que voy a ir a un lugar con historia es como un imán para mi.
La Villa (como le dicen los oriundos y que ya se me pegó) es mágica y me encantó (de encantamiento, de que me tocó con su varita mágica). Hice una lista (soy amiguísima de las listas) con los hechizos que me envolvieron.
El museo Narciso Sosa Morales. Llegué a las 12 del mediodía. No había gente. Cómo es temporada baja, posiblemente sea la única visitante de la semana. Me recibe Celina. Le hago la pregunta fundamental: ¿Por qué se llama Villa 25 de Mayo si se fundó en 1805, o sea 5 años antes de la Revolución de Mayo?
Me cuenta que originalmente la Villa se llamaba Villa Vieja, que en 1909 hubo una inundación que se llevó todo y ahí volvieron a refundarla con el nombre Villa 25 de Mayo.
La Villa es un pueblo de 6 manzanas x 7 y tan sólo 400 habitantes, con calles de tierra, completamente cubiertas por las copas de los árboles. Gigantes álamos carolinos de más de 200 años y de más de 30 metros de altura, que en otoño regalan una maravillosa alfombra de hojas amarillas, sobre la que caminamos oyendo el correr del agua por las acequias.
Nos atrapa la oscuridad: prácticamente no hay alumbrado público y a la noche reinan la luna y las estrellas.
Modernos caserones de fin de semana conviven intercalados con antiguas construcciones de adobe.
Otro de los hechizos del lugar es la abundante presencia de animales. Los caballos sueltos en la calle, en los campos, por todos lados. A las vacas las traían a pastar unas horas al establo en el terreno de al lado. Los perros con una olfateada se convierten en tus mejores amigos. No hubo una sola vez que saliéramos a caminar sin compañía de ellos.
El Fuerte. Las ruinas del antiguo fuerte son el mayor valor histórico y turístico que tiene la Villa. Actualmente están cerradas al publico porque en Junio de 2015 comenzaron las obras para la restauración.
El cementerio. Para entrar hay que atravesar un sendero bautizado Alfredo Bufano, poeta sanrafaelino que ahí descansa. Es tan bello que, cómo diría mi abuelo, dan ganas de morirse.
La iglesia de la Virgen del Carmen. Tiene de más de 100 años y conserva la fachada, el campanario, la cúpula y las puertas de ingreso originales.
El Rio Diamante y el Dique Galileo Vitali. Brevemente, Mendoza está atravesada por cinco ríos que abastecen a toda la provincia. Es impresionante la planificación hídrica puesta en funcionamiento para que a nadie le falte agua para el riego. Cada río está intervenido con varios diques, embalses, presas y represas. Villa 25 de Mayo está a la vera del Río Diamante y a 2 km se encuentra el dique Galileo Vitali que es la primer obra que se hizo sobre este río. Sólo este dique abastece a 150.000 hectáreas de agua para riego.
Dique El Tigre. Está a 7 km río arriba del dique anterior. Forma una laguna artificial verdaderamente bella.
Dique y Embalse Los Reyunos. Lo separan sólo 2.5 km del anterior. Tiene un murallón de 136 metros de altura y forma un espectacular lago artificial de 750 hectáreas circundado por áridos cerros empinados y sin costa en su mayoría. Como escuché una vez decir: “el mejor lugar de Mendoza, según los mendocinos”.
El agua del lago de Los Reyunos es verde en la orilla y azul profundo aguas adentro, pero por sobre todo es calma, ideal para deportes acuáticos. Por lo que me dejé llevar por el entusiasmo…con mochila, remo y chaleco salvavidas me subí por primera vez a un kayak y ese día nada me pudo borrar la sonrisa de la cara.
Las chinchillas. Viven en las piedras de contención del dique. Este animalito está en extinción por ser usado para peletería.
Fuente: Blog “Andarás bien”