Los amantes de la montaña que no pudieron dedicarse al alpinismo pero siempre soñaron con escalar el Aconcagua, ahora tienen otra manera de “subirlo” y sentirse cerca.
Esto se debe a que los helicópteros de rescate ahora también realizan vuelos turísticos en los que llevan a los pasajeros a lugares inimaginables del cerro. Durante la primera temporada, el vuelo más barato costó unos U$S400.
Helicopters es la empresa que los está realizando desde la temporada pasada, ya que en 2018 obtuvo la autorización para realizar vuelos turísticos. En esa primera experiencia se hicieron recorridos siempre que las condiciones del tiempo lo permitieron pero, en los tiempos libres, ya que la verdadera tarea es la de rescate y asistencia.
“La primera experiencia fue este verano y hay dos recorridos. Uno que es más corto, que sale de Horcones y llega hasta cerca de la pared sur, mientras que el otro es una circunvalación del cerro. En ambos casos se sale y se vuelve, no se aterriza en ningún lado”, explicó Horacio Freschi, uno de los pilotos de la empresa.
El primer vuelo ronda entre los 24 y 30 minutos, mientras que el segundo dependiendo de las condiciones puede llegar a los 50 o 55 minutos. Si bien no son vuelos largos, Freschi explicó que no sería conveniente que duraran más tiempo.
“El helicóptero no vuela rápido como la gente cree, vuela un poco más rápido que los vehículos en la ruta. Al ser un vuelo turístico tampoco se puede volar rápido porque las personas van mirando y preguntando”, agregó el piloto apodado El Duro.
Además, como los pilotos tienen muchos años de experiencia volando en el Aconcagua, muchas veces van contando anécdotas o informando de los nombres de los cerros.
En cuanto a la cantidad de personas que pueden ir a bordo del helicóptero, El Duro explicó que depende de cada vuelo y las condiciones del tiempo, pero que normalmente recomiendan que no sean más de tres.
A pesar de que el helicóptero tiene cinco plazas fuera del piloto, el experto dijo que si tienen que hacer una circunvalación hay un momento en el que deben ascender y si hay mucho peso cuesta más.
“La realidad es que el helicóptero no entiende de plazas, entiende de pesos. Cuantos más kilos le metés por más potente que sea el helicóptero más limitado estás de potencia, porque se está volando allá, no en la ciudad”, detalló Freschi.
Poca publicidad
Si bien los vuelos comenzaron en la temporada pasada, no hubo mucha publicidad al respecto. Freschi explicó que eso fue adrede por varios motivos, entre los que se destaca el hecho de que es fundamental para poder hacerlo que el día presente las condiciones adecuadas.
“El tema acá viene tranquilo, primero porque las personas tienen que ir hasta allá y segundo porque nosotros no nos dedicamos a esto, entonces no le dimos demasiada difusión en ese sentido, no somos una empresa turística”, destacó el piloto.
La confirmación de si se vuela o no se determina en el momento, porque si bien no es un vuelo extremo desde el punto de vista de la seguridad, sí de las condiciones.
“No es de fácil realización, todos los vuelos tienen sus cosas. Hay muchas cosas a tener en cuenta, no se puede hacer cualquier día y en cualquier momento, entonces si yo lo publico y viene alguien que lo pidió por teléfono, tal vez no se puede hacer”, agregó.
Por último, se refirió al interés de la gente por los vuelos y aseguró que si bien no se concretaron muchos recorridos, son siempre los extranjeros los más interesados, sobre todo por el tema de que les conviene el cambio.
Durante la primera temporada, el vuelo más económico (hacia la pared sur) costó unos U$S399 por persona, a lo que se le suma una tasa única de U$S120 por un decreto provincial.
“Hubo mucha gente interesada, pero muchos no entienden lo que vale el medio aéreo. Es un medio costoso, el público cuando lo entiende y se da cuenta que no lo estás timando, sino que le cobrás el servicio que prestás, lo toma”, cerró Freschi.
Fuente: Diario Uno
10/08/2019