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Los más recomendados de la ruta mendocina del vino

En Argentina, el enoturismo creció de la mano del consumo y es una de las actividades más importantes de la industria. Los caminos de la provincia emblema de esta bebida.

Así como se hace camino al andar, una de las maneras más atractivas para conocer sobre vinos es recorrer sus caminos. En la Argentina, el enoturismo ha crecido de la mano del consumo, y hoy representa una de las actividades más importantes para la industria. Porque no sólo generan recursos genuinos a través del entretenimiento o la venta de botellas, sino que promueven la cultura del vino a partir de la experiencia misma; algo que no se olvida nunca más.

Si bien el vino puede ser la excusa del recorrido, por suerte hay muchas otras actividades para realizar alrededor de la noble bebida. Esto permite al enófilo compartir su pasión con la familia o amigos, lo cual ha potenciado el flujo de visitas a las bodegas. A los paisajes imponentes se le suman la camaradería de los anfitriones, las delicias regionales y, por supuesto, los vinos.

Hay para todos los gustos y en todos los terruños vitivinícolas. Pero Mendoza es una de las “Great Wine Capitals” del mundo, y la provincia que agrupa a la mayor cantidad de bodegas. Muchas de ellas premiadas en los últimos años por diversos atractivos turísticos como alojamientos, gastronomía, arte & cultura, arquitectura y paisajes, innovación, servicios y prácticas sustentables, siempre al servicio del turismo.

Un recorrido por las rutas mendocinas del vino es una experiencia para disfrutar con todos los sentidos

La gastronomía vivió la misma evolución del vino, y eso permitió que emergieran muchos cocineros locales. Muchos de ellos están al frente de los fuegos en distintos restaurantes de bodega. Pero hay uno que se ha dedicado a recibir a turistas y lugareños en la ciudad de Mendoza.

La mejor bienvenida comenzar el viaje en Siete Cocinas o en Fuente y Fonda del chef Pablo del Río. Dos restaurantes en los que se pone de manifiesto la cocina argentina y regional. El primero ofrece siempre un menú sofisticado para recorrer todas las zonas de nuestro país a través de los platos, y con productos autóctonos. Mientras que el segundo es como volver al comedor de la abuela. Más rústico en su decoración pero a la vez más cálido. Con propuestas siempre para compartir que vienen en ollas, fuentes y tablas. El chef acá se basa en productos regionales, técnica autóctona y receta. Todo regado por los mejores vinos mendocinos. Mientras que en Fuente y Fonda el chef ofrece lo mejor de la cocina casera, con recetas de su familia de los platos más típicos como revuelto gramajo, ravioles de verdura o milanesas. El secreto está preparar todo con productos frescos del mercado, las salsas originales que buscan lograr hacer sentir al comensal esos sabores que nunca se olvidan. Allí, la propuesta de vinos es más acotada, pero no por ello menos interesante. Dos propuestas bajo diferentes conceptos (sofisticado y casero) ideales para comenzar a sentir el vino.

Maipú

Muy cerca de la capital mendocina, en la localidad de Maipú, se levanta una de las bodegas centenarias argentinas. Dueños de un estilo propio, Bodegas López es paso obligado para poder entender el origen del vino argentino. Allí, se pueden ver, como en ningún otro lado, los grandes toneles en los que el tiempo hace maravilla a los vinos, y terminar el recorrido degustando en las cavas. Pero además hay un museo, un micro cine, un gran wine bar y gift shop. También El Rincón de López, un restaurante con capacidad para 80 personas y vista panorámica a la bodega y a los jardines de la antigua casona de la familia. Allí se elegir a la carta u optar por algunos de los menús de 4 pasos: Casona López o Rincón Famoso.

Un poco más lejos, pero siempre dentro del mismo departamento, está la casa más famosa de Mendoza. La Casa del Visitante, el centro turístico que montó la familia Zuccardi para agasajar a los visitantes del mundo entero. Allí funcionan dos restaurantes a cargo del reconocido chef Matías Aldasoro.

En la Casa del Visitante desde 2004 se puede optar por el menú Regional o el de Degustación. El primero a base de platos tradicionales acompañados por vinos y aceites de oliva de la casa, mientras que el segundo es un menú sofisticado de 6 pasos maridado con productos de estación. Por su parte en Pan & Oliva se disfruta de una cocina más sencilla a base de tapas, ensaladas y pastas, con ingredientes frescos y de la propia huerta orgánica que rodea al salón.

Pero allí se pueden hacer pic nic en los jardines, disfrutar de la tardes de té, visitar la muestra de arte, recorrer los viñedos en bici o en fourtracks. Dependiendo de la época se puede aprender a podar y a cosechar (uvas y aceitunas), también a degustar vinos y aceites, y hay clases de cocina para grandes y chicos. Un auténtico parque de diversiones que gira alrededor del vino, para toda la familia.

Luján de Cuyo

Sin duda, una de las experiencias más inolvidables es dormir entre viñas.

En Luján de Cuyo, la zona vitícola más tradicional, hay varios lugares imperdibles. Entrecielos, un pequeño hotel de lujo con 15 habitaciones en el corazón de Vistalba, para homenajear al Malbec. Por eso los nombres de los cuartos y su decoración remiten a descriptores y características de nuestra variedad emblema. Además, tiene un spa que cuenta con vino terapia, para relajarse totalmente.

En Chacras de Coria, Finca Adalgisa propone la experiencia de vivir como en una casona vieja entre viñas. Un hotel boutique montado en una estructura de principios de silgo XX. la Finca ya se convirtió en una parada obligada. En Agrelo, y con una propuesta más sofisticada, se encuentra el Cavas Wine Lodge, primer hotel de vino del país. Un Relais & Chateuax de 18 habitaciones distribuidas entre los viñedos, con un spa de lujo y un restaurante de alta gastronomía. Su cava subterránea alberga muchos de los mejores vinos argentinos.

Lagarde es una de las bodegas más tradicionales y más orgullosa de su historia. Por eso, todas las remodelaciones recientes fueron para preservar y respetar la construcción original. Enclavada en Mayor Drummond y rodeada de una de las fincas mendocinas más antiguas y bellas, la novedad es su gran wine shop y su gran salón comedor de Entre Fuegos. Pero lo mejor está en el jardín. Allí, debajo de una higuera centenaria y tocando las vides con las manos, se pueden disfrutar de las delicias que salen asadas de los distintos fuegos (chapa, rescoldo, asador, llama y hornos). Recetas regionales de autor, con influencias itálicas y siempre con productos autóctonos.

Valle de Uco

A poco más de 100 kilómetros de la capital mendocina se halla el lugar de moda, cuna de los flamantes grandes vinos argentinos. Allí, con la Cordillera de Los Andes omnipresente, hay muchos lugares para visitar. Uno de los más impactantes es Killka, el museo creado en 2006 por el fundador de Bodegas Salentein (Mijndert Pon) y que alberga obras de importantes artistas nacionales e internacionales. Pero Killka también es un restaurante con vista panorámica a las montañas, y un amplio y moderno wine bar que invita a quedarse. Todo ello sirve de ante sala de la bodega, una de las más visitadas por su arquitectura y sus vinos. Muy cerca de allí y entre viñas, está la Posada Salentein, para vivir una noche memorable.

Tupungato Winelands es un wine country que poco a poco va creciendo. Allí se puede jugar al golf (campo de 18 hoyos) y disfrutar (de vez en cuando) una exhibición de polo. Almorzar al pié de las montañas y apreciar la inmensidad de Los Andes copa en mano es una postal para el recuerdo.

En Vista Flores hay un restaurante familiar visitado por todos; La Posada del Jamón. Atendida por sus dueños, lo que nació como un local de sándwiches al paso y fiambres para llevar, devino en un restaurante especializado en platos a base de carne de cerdo. Cerca de allí se encuentra el Clos de los Siete, un campo con cinco bodegas asesoradas por el famoso Michel Rolland. Cada una con su estilo arquitectónico y de vinos. Diamandes es la más impactante, y Monteviejo acaba de inaugurar su restaurante. Además allí, a principios de Mayo, se realiza el Monteviejo Wine Rock, un verdadero festival de música y vinos comandado por el enólogo de la casa, Marcelo Pelleriti. Con reserva previa también se pueden realizar cabalgatas entre las viñas.

Cerca de allí hay dos bodegas que entendieron desde el comienzo que, por su lejanía, debían ofrecer algo más que sus vinos y el paisaje para atraer y agasajar a los visitantes; Andeluna y O. Fournier. En Andeluna, además de las degustaciones, se ofrece un menú de 6 pasos maridado con vinos de la bodega, un menú criollo y uno liviano para dos personas. Un poco más al sur, en La Consulta, O. Fournier propone desde hace varios años una gastronomía internacional de lujo. De la mano de Nadia Haron (esposa de José Manuel Ortega), Urban desafía los sentidos con propuestas tan delicadas como imponentes, en un ámbito futurista rodeado de pura naturaleza. Su cocina le ha significado ya varios premios internacionales, tantos como los vinos de su marido.

Casa de Uco es un hotel de lujo y diseño perdido al pie de la montaña. Un “wine-resort” con las habitaciones más confortables de la provincia una vista envidiable a la montaña. Con spa, cava, bar y restaurante moderno, ya se ha convertido en la parada más top del valle.

 

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Sarmiento 129 - Ciudad Mendoza - Tel: +54 261 4610210 / +54 (9) 261 (15) 5862651 Nextel: 561 * 2578

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Fuente: Infobae