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Mala imagen: los accesos a Mendoza en mal estado

Basura en los accesos a Mendoza

Baches cada vez más grandes en las banquinas, escombros, bolsas de basura, restos de autos, animales muertos y yuyos crecidos son sólo algunas de las cosas que se ven a diario en los ingresos a la ciudad

Como sucede con las relaciones personales, en las que no es fácil cambiar la primera impresión, ocurre cuando uno conoce los ingresos a una provincia. En el caso de Mendoza, la imagen que recoge un visitante cuando circula por sus principales accesos no está ni cerca de generar las buenas sensaciones que seguramente obtendrá una vez haya recorrido los diversos atractivos turísticos.

Es habitual encontrar en las orillas de los accesos grandes cantidades de basura, escombros, partes de autos que protagonizaron accidentes o animales que murieron al intentar cruzar hacia el otro lado. A esto se suman malezas crecidas que impiden la vista y baches cada vez más grandes y peligrosos en las banquinas.

Otro de los aspectos negativos es el tema de la iluminación, sobre todo en los accesos Sur y Norte, camino a San Juan. Muchos de los focos no funcionan y hay grandes sectores sin luz.

Lo grave y preocupante ante esta situación es que no existe un plan de mantenimiento o limpieza general de los accesos, porque cada ruta de la provincia y, en algunos casos, distintos sectores del mismo trayecto, les corresponden a diferentes empresas u organismos.

En la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) explicaron que si bien el mantenimiento de las rutas nacionales les corresponde, tienen distintos sistemas para realizarlo y que, en su gran mayoría, desligan al organismo de tal responsabilidad.

“Además, se trata de geografías variadas y diferentes necesidades. Depende de las condiciones que tiene cada pliego de ese tramo”, explicaron.

Uno de los sistemas es por concesión, que puede ser con peaje como es el caso de la ruta 7, en el tramo que abarca desde San Martín hasta San Luis. Esos kilómetros están a cargo de una empresa que se encarga del cortado de malezas, la limpieza y el mantenimiento de la ruta.

Otra forma es por administración, que es cuando la DNV se hace cargo con personal y equipo propio. “Es el que menos tenemos, ya que se dejó de hacer en la década del ’90 cuando se achicó el Estado y quedamos con cuadrillas pequeñas con las que no podemos cubrir más de 100 kilómetros”, aseguraron en la Dirección.

Con ese formato, Vialidad tiene la ruta 40, desde el nudo de Acceso Sur y Juan José Paso, en Luján de Cuyo, hasta Tunuyán.

La tercera modalidad es el sistema maya crema, que consiste en mantener un contrato para la construcción, la reparación y el mantenimiento del asfalto.

Generalmente, son contratos de cinco años de duración y es el sistema que se adoptó para gran parte de las rutas provinciales, es decir que son las empresas las que responden ante los inconvenientes que surjan en cada vía.

Algo particular ocurre en el tramo que une la localidad de Agrelo, en Luján de Cuyo, hasta el paso internacional Cristo Redentor, en el límite con Chile, donde funciona un doble sistema.

Todo lo que tiene que ver con el mantenimiento, la limpieza y el asfalto lo hace la empresa contratada, mientras que el despeje y los aluviones son trabajados de manera conjunta con maquinaria propia de la DNV.

El último formato es similar al maya crema y se lo denomina modular.

Es utilizado para tramos más cortos, de menores montos de contrato y renovables cada dos años.

Este es el que se emplea, por ejemplo en la ruta 7 desde el puente de la Virgen hasta San Martín, y en la ruta 40 desde el aeropuerto internacional Gobernador Francisco Gabrielli hasta el límite con San Juan.

Vialidad provincial y obras

La Dirección Provincial de Vialidad (DPV) tiene a su cuidado el tramo intermedio que abarca la Costanera desde el aeropuerto El Plumerillo hacia el sur y un pequeño sector del Acceso Este hasta el puente de la Virgen.

Además, se encarga de las rutas provinciales que recorren internamente la provincia y, en la mayoría de los casos, de la supervisión de las obras viales que se realizan en Mendoza.

Distinto es el caso de las rutas que están en obra, como sería actualmente el del Acceso Sur desde Juan José Paso hasta el nudo de la Virgen.

Todo eso, aunque ya se haya terminado la primera etapa hasta Rodríguez Peña, es responsabilidad de la empresa constructora.

“Cuando terminan la obra tienen un tiempo de garantía. Mientras dura ese período la iluminación, el cortado de malezas y el mantenimiento corre por cuenta de los contratistas, bajo el control de los supervisores de la obra. En ese caso, se hizo por convenio con Vialidad provincial, que quedó a cargo de la supervisión”, explicaron desde la DNV.

Fuente: Diario Uno
29/04/2016