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Marcha atrás con el “cepo” brasileño al emisivo

La presidenta Dilma Rousef firmó el decreto que establece una alícuota reducida del 6% (desde enero era del 25%) en el impuesto a las transferencias brasileñas al exterior con destino al pago de servicios de viajes de turismo emisivo. Una medida externa que trajo algo de alivio al receptivo argentino. De no corregirse, según el MinTur, se podrían haber perdido hasta 134 mil visitantes en 2016 (que se hubieran sumado a los 300 mil que cayeron en 2015 respecto al pico de 2011).

Después de varios anuncios fallidos, el ministro de Turismo de Brasil Henrique Eduardo Alves pudo convertirse en el portavoz del anuncio de la baja de la alícuota del nuevo tributo que se aplica desde el 1° de enero a las transferencias brasileñas al exterior con destino al pago de servicios de turismo emisivo. “La presidenta Dilma acaba de firmar el decreto reduciendo el impuesto del 25% sobre el turismo al 6,8% acordado con el Ministerio de Hacienda. Victoria del Turismo”, celebró el funcionario el martes pasado. Al día siguiente el Boletín Oficial confirmaba la publicación de la Medida Provisoria 713, que hasta el 31 de diciembre de 2019 establece una alícuota reducida a las remesas por motivos de turismo emisivo.

El problema es que desde el pasado 1° de enero se había vencido la exención que gozaba el turismo desde la creación de la retención impositiva en 2010, cuya incidencia efectiva alcanzaba una tasa del 33% sobre los valores a transferir por los operadores.

La reacción del empresariado se hizo sentir, a punto tal que desde enero el ministro de Turismo brasileño había asegurado reiteradas veces la inminencia de la disminución de la tasa al mismo nivel de la que hace tiempo se impone a las compras con tarjeta de crédito en el exterior. De hecho, hasta el propio funcionario no había podido ocultar su ansiedad ante la demora: “Sigo confiando en el compromiso asumido de reducir el absurdo impuesto del 25%. Turismo vencerá!”, expresó Alves en su cuenta de Twitter el 5 de febrero pasado.

DE QUÉ SE TRATABA.

Ese 6% que se confirmó el miércoles pasado es la cifra que se había acordado en diciembre durante una reunión entre Henrique Eduardo Alves, representantes de la actividad, y el entonces ministro de Hacienda, Joaquim Levy, previo a que se venciera la exención. Pero el cambio de titular en Economía hizo que el impuesto se incluyera sin modificaciones (25%) en el presupuesto de 2016, por lo cual desde entonces se había estado trabajando para encontrar la forma técnica de cumplir con el acuerdo y al mismo tiempo alcanzar la meta recaudatoria fijada.

La cuestión tenía dos aristas igual de preocupantes. Por un lado, que los operadores emisivo advertían un freno a la demanda, y un desvío de la que se mantuvo en pie hacia la contratación directa con tarjeta de los hoteles, aerolíneas y excursiones por vía web (lo cual está alcanzado por el 6% preexistente, pero no por el 25% que sí impactaba a las agencias). Sin ir más lejos, los gastos de brasileños en el exterior registrados por el Banco Central en enero pasado fueron los más bajos desde 2009.

Por el otro, los países vecinos temblaban de sólo pensar una opacidad aun mayor del rol del gigante sudamericano como abastecedor de turistas hacia la región. Desde el 1° de enero muchos de los pagos estaban frenados –la mayoría en realidad se adelantaron– a la espera de la prometida revisión del tributo. De hecho, el tema había sido tratado en la reunión de los ministros de Turismo de Argentina, Gustavo Santos, y de Brasil durante el encuentro que mantuvieron en la Fitur de Madrid en enero.

El cálculo que hacían en Suipacha 1111 es que de haberse aplicado el 25%, los arribos internacionales provenientes del país vecino hubieran disminuido entre 96 mil y 134 mil turistas respecto a 2015. Lo cual traducido en términos de gasto (por ende, ingreso de divisas) hubiera implicado una contracción de US$ 87 millones a US$ 121 millones.

SE SUSPIRÓ EN ARGENTINA.

“Esta medida beneficia a nuestro país en cuanto a la posibilidad de reactivar el turismo receptivo, que había sido afectado por este impuesto. Brasil representa un mercado muy significativo para Argentina, tanto por su población como por la proximidad”, comento el ministro argentino Santos luego de ser informado por su par de Brasil. “El anuncio llega en un buen momento ya que, en Semana Santa y vacaciones de invierno, Argentina y sobre todo sus destinos con nieve se vuelven muy atractivos para los brasileños”, completó el funcionario.

Ahora bien, también 2015 (cuando no existía ni el 6%, ni el 25%) fue un mal año en términos de intercambio con Brasil, el peor desde 2009. Sin ir más lejos, respecto al pico de 1.282.374 turistas provenientes del principal mercado emisor en 2011, el año pasado llegaron 300 mil menos y bajó más de un 40% el ingreso de divisas.

“Estamos con una producción entre un 30% a 40% menor a la norma y un 60% por debajo de los marcos históricos”, calculó Jorge Batica, director de TIP Group (representante de CVC en Argentina). El empresario dijo que no se puede definir si impactaron o no los dos meses de indecisiones respecto a la alícuota aplicada a las retenciones: “Sin dudas hubo un período de stand by por parte de los compradores, pero también es cierto que el tráfico viene declinando de manera sistemática desde hace algún tiempo. Esto no ha hecho otra cosa que incorporarle algún elemento nuevo. Aunque evidentemente no da lo mismo verse afectado por el 25% que por el 6%”. Para Batica el empujón anímico que significó la marcha atrás en la medida puede llegar a ser un aliciente para la recuperación de una parte del mercado: “Cuando venís de tener 45° de fiebre, pasar a 42° implica estar bajando. Todo aquello que traiga seguridad favorece la toma de decisiones. Y una vez que ya existe previsibilidad en el corto tiempo la máquina empieza a funcionar con algo más de normalidad. El 25% alertó e intranquilizó aun montón de gente. Al estar despejado tiene que mejorar”.

Fuente: Ladevi
10/03/2016