image

Mendoza: el deslumbrante Cañón del Atuel

Postales del Cañón del Atuel

Postales del Cañón del Atuel

Con una mezcla perfecta de paisajes, climas y suelos es uno de los destinos más elegidos por los turistas que llegan a la provincia.

Mendoza, una de las 10 grandes capitales del vino, no solo ofrece turismo relacionado a esta actividad, sino que también se destaca por ofrecerle al turista la posibilidad de realizar turismo aventura y de naturaleza.

Es así que al sur de la provincia, en el Valle Grande, perteneciente al departamento San Rafael, se destaca el imponente Cañón del Atuel, un estrecho cañón formado por la erosión fluvial del río Atuel y la erosión del viento que, junto a la actividad volcánica, generaron este imponente paisaje con precipicios y rocas gigantescas de variados colores y curiosas formas.

Con una extensión de más de 50 kilómetros, esta formación se puede recorrer desde cualquiera de sus extremos, disfrutando de una variada paleta de colores y diversos paisajes donde la flora y fauna local se hacen presentes.

Además, se puede realizar un paseo por sus centrales hidroeléctricas, el Embalse del Valle Grande y el Dique de El Nihuil, la Garganta del Diablo y las Dunas de El Nihuil, escenario ideal para realizar actividades náuticas y de aventura, tales como rafting, kayak, canopy, cool-river, motonáutica, paseos en catamarán, windsurf, pesca, cabalgatas, mountain bike, travesías en moto o 4×4, trekking, escalada, rappel, tirolesa entre otros.

 

Su recorrido

El mismo abarca la extensión del río Atuel, desde la Villa El Nihuil hasta Valle Grande, cerca de la ciudad de San Rafael.

Los paisajes difieren de acuerdo al trayecto, destacándose la zona alta por ser desértica en donde el río casi no existe o llega a ser solo un hilo de agua, mientras que en la parte baja, corre con fuerza con un torrente celeste y espumoso.

La travesía comienza en El Nihuil desplazándose por una zona verde de chacras y arribando, a través de un camino sinuoso, a la Cuesta de los Terneros, mirador a 1.000 metros de altitud.

Avanzando en la ruta se encuentra Villa El Nihuil, que posee el lago del mismo nombre, de 9.600 hectáreas y el Parque Volcánico La Payunia.

El Kilómetro 0 del Cañón del Atuel se encuentra en un puente sobre el río, lugar que da comienzo a un camino de ripio que es la ruta provincial 173, cruzada por cortaderas y salpicada de piedras sueltas.

Más adelante, se presenta la Garganta del Diablo, desde donde se puede apreciar la inmensidad y profundidad del cañón, formado por un fino curso de agua y pequeñas piletas donde yace la fauna local. Allí nomás, a través de un estrecho y escarpado sendero, se encuentra el mirador Paso de las Cabras, en donde los precipicios y rocas de diversos colores y formas son los protagonistas.

Sin embargo, no todo es obra de la naturaleza, ya que la mano del hombre también se hace presente al utilizar el agua del río en la zona alta para generar electricidad y regar cultivos, provocando de esta manera, que el Atuel corra entubado desde El Nihuil hasta la represa de Valle Grande. También se pueden apreciar tres usinas con lagos artificiales.

Cabe mencionar que lo divertido del camino es poder encontrar las diversas formas que sobresalen de las piedras, como una manada de elefantes, El Búho, entre otras.

El trayecto continúa atravesando el cerro Carbonilla, el más oscuro del cañón y El Cañadón Negro o de Los Toboganes, donde es posible practicar sandboard. Seguidamente, se desemboca en el Valle Grande, cuyo lago de agua verde esmeralda se encuentra rodeado de paredones de hasta 350 metros de altura, dunas y playas de arena clara, en donde el atractivo es la icónica geoforma El Submarino.

En el tramo final, el río Atuel se presenta sin entubamiento, rodeado del verde de los árboles, arbustos y hierbas floridas, en una zona destinada al visitante con emprendimientos gastronómicos y de turismo aventura.

 

Fuente: El Agrario, por Natalia Marchesi