image

Mendoza tiene un río de lava de 181 kilómetros y pocos lo conocen

Vulcanólogos internacionales demostraron que las coladas de lava emitidas por el Payún Matrú son unas de las más largas del mundo, comparables solamente con los volcanes de Marte.

En la precordillera mendocina hay un impresionante registro que quedó como evocación del fuego expulsado desde el centro de la Tierra hace millones de años y cuya actividad cesó hace poco, en términos geológicos.

Esta colección de volcanes es la Reserva Provincial El Payén, más conocida como La Payunia. 

 

La característica que lo convierte en el parque volcánico de mayor densidad del mundo es la presencia, en promedio, de 10,6 conos cada 100 kilómetros cuadrados. Hace una década expertos identificaron el flujo de lava cuaternario más largo del mundo, con 181 kilómetros de longitud. “Para darse una idea de ello, es la misma distancia que hay entre la Ciudad de Mendoza y el Arco Desaguadero o entre San Rafael y Malargüe. El flujo nace a los pies del volcán Payún y toma dirección este hasta terminar en valle del río Salado”, explicaron los creadores de la fanpage Geología y Geografía de Mendoza.

La reserva se ubica a 200 kilómetros al sur de Malargüe, esta región casi desértica posee una sugestiva belleza y recrea la sensación de asistir a lo que fue la tierra en sus orígenes.

 

En ese extenso desierto de arena y piedras, los conos volcánicos afloran hasta el horizonte de sus valles y colinas de origen ferroso, donde predominan el ocre, el rojo y el negro, con el viento como única fuente de sonido. 

 

Todo allí es resultado de una intensa actividad volcánica que inundó de lava los amplios y sinuosos valles y de la que quedan cráteres, los farallones basálticos que bordean al río Grande, las Pampas Negras, “bombas” de lava, escoriales y coladas de las erupciones.

Los dos volcanes más altos son el Payún Liso y el Payún Matru, de los que deriva el nombre del lugar, con 3.838 metros y 3.715, respectivamente.

No obstante, la época de las erupciones volcánicas en La Payunia se acabó hace milenios y sus conos están apagados, aunque quedan las huellas de las explosiones, ríos de lava e inmensos cráteres dentro de los cuales se pueden hacer excursiones.

“La actividad volcánica actual es nula en la zona. Estuvieron activos hasta hace muy poco tiempo, 10.000 años. Los ríos de lava son los flujos de la Edad Cuaternaria y son los más extensos del mundo. Actualmente se encuentran solidificados”, comentó Guillermo Corona, licenciado en Geofísica –egresado de la Universidad de San Juan-.

 

La flora en la Payunia es escasa, pero la fauna tiene unas 70 especies registradas, con 37 de alta posibilidad de avistamiento, aunque los que más se ven son guanacos, armadillos, lagartijas, zorros, choiques e insectos típicos, como escarabajos del desierto. 

 

El sector abarca unos 36 mil kilómetros cuadrados (3.600.000 hectáreas), a más de 500 kilómetros al sur de la capital provincial e incluye la Laguna de Llancanelo.

 

Fuente: El Sol