“Una de las principales características de la arquitectura construida desde el Estado es su visibilidad” señala Ceciliab Raffa, investigadora adjunta del Incihusa – Conicet Mendoza, en un nuevo informe del centro de investigaciones que divulga sus actividades.
Forma parte del paisaje que recorremos a diario, nos resulta cotidiana, pero detrás de esas obras hay autores e ideas, objetivos políticos e intereses sociales, económicos y culturales.
Las obras patrimoniales a las que nos referimos, materializadas entre 1932 y 1955, surgen en un momento en que, ante la creciente necesidad de construir edificios para cubrir nuevos requisitos programáticos (vivienda, educación, salud, recreación), los Estados modernos deben replantear la manera en que son representados, encontrando en la arquitectura un ámbito propicio de producción y difusión.
Así se despliegan a lo largo del territorio provincial una serie de bienes con fuerte carga simbólica (presencia estatal), pero que al mismo tiempo significaron modificaciones sustanciales en la vida de muchos mendocinos.
Las acciones del gobierno conservador implicaron el avance del Estado intervencionista en áreas como la economía, la cultura, la vivienda, la salud y la educación. El peronismo amplió dicha injerencia y la resignificó, dando paso a una particular intervención social del Estado basada en los principios de solidaridad y justicia social.
Potrerillos, Uspallata y Las Cuevas
La zona de montaña en Mendoza, tiene la particularidad de condensar al interior de sus límites las características más sobresalientes de la arquitectura y urbanismo de Estado, entre las décadas del 40 y el 50.
Desplazándonos de Este a Oeste, por el eje de la RN7, podemos ver cómo el avance arquitectónico coincide con el histórico- territorial. Esto se debe a que el desarrollo histórico de las villas de montaña ha sido influenciado también por los medios de transporte y por la creciente democratización del ocio. El tren primero y el automóvil luego, fueron impulsando la habilitación de nuevos trayectos hasta llegar al límite internacional. Potenciando esas mejoras en el transporte están las condiciones favorables para el turismo de montaña, la ampliación de su llegada a las clases medias y bajas y el interés político de ocupación de las áreas fronterizas que impulsaron el nacimiento o la consolidación en los años 40 y 50 de esos enclaves.
En este marco, Potrerillos se convirtió en una importante villa turística. En 1941 se mejoraron los caminos y algunos años después se inauguraron las obras del Hotel de Potrerillos, el Centro Cívico y la escuela.
Potrerillos muestra el comienzo de la empresa estatal de colonizar la montaña con la instalación de enclaves que favorecieran el turismo de las clases medias y altas, pero a la vez el comercio internacional con Chile.
Estilísticamente, los edificios principales de la villa y que funcionan como hitos (hotel y centro cívico), pertenecen al estilo neocolonial californiano. Es característico de este estilo el empleo de arcos de medio punto, las tejas, los muros blancos con cierta textura bolseada, las piedras irregulares en ciertos sectores, las caladuras en algunos sectores del edificio, las plantas complejas compuestas por distintos volúmenes.
El edificio del Hotel fue proyectado por la Dirección Provincial de Arquitectura, dirigida por los arquitectos Manuel y Arturo Civit en 1939, y los jardines fueron diseñados por el paisajista Benito J. Carrasco. Se inauguró en 1942.
El Centro Cívico también fue proyectado en las oficinas técnicas estatales, pero algunos años después: lo inauguró el 25 de febrero de 1946 el coronel Vargas Belmonte. En la actualidad funcionan en sus instalaciones una estación de policía y un centro de salud.
Siguiendo el ascenso hacia la cordillera y el avance de la historia, en Uspallata, se fueron complejizando las funciones.
En 1942 comenzó a construirse el Gran Hotel de Uspallata, de acuerdo al proyecto del arquitecto Ewald Weyland, director de la Dirección de Arquitectura de la provincia en ese momento. En 1947, el hotel fue transferido a la Confederación de Empleados de Comercio.
Formaba parte de la política oficial apoyar la construcción o compra de hoteles por parte de los sindicatos para promover el turismo social en la población y particularmente en la clase trabajadora, que gozaba anualmente de vacaciones pagas. De esta manera, este hotel -que fue concebido como un espacio de disfrute de las clases altas- se convirtió rápidamente en un popular hotel sindical. De lenguaje pintoresquista, su ubicación privilegiada y su excelente equipamiento le permitieron un eficiente funcionamiento durante décadas.
En 1949, en la posta del antiguo Camino Real, se asienta el regimiento 16 de Infantería de Montaña. Algunos años después, en 1953, por ley nacional, se inician las obras del denominado Plan Regulador de Uspallata, hecho importante no sólo para lograr la urbanización de esta posta, sino que promueve también el emprendimiento de tareas agrícolas en tierras fiscales y el uso turístico del lugar.
La villa contiene bienes que son susceptibles de ser incorporados estilísticamente dentro del pintoresquismo, corriente que se desarrolla en nuestro país entre 1900 y 1955, aproximadamente y que encuentra en la estación de trenes, ejemplo acabado de su vertiente inglesa, y en la Comisaría y el Hotel de Uspallata, con un lenguaje más cercano al pintoresquismo normando.
En la década del ´50, también Las Cuevas, mejoró su infraestructura y equipamiento.
En 1951, Eva Perón llega a la localidad fronteriza de Las Cuevas, en la frontera argentino-chilena. A partir de esta visita, se lanzó con el auspicio de la Fundación Eva Perón un conjunto de obras que ubicaría a Las Cuevas como puerta de acceso desde el oeste al país: “el anticipo de la prosperidad del resto de la República”, al tiempo que proporcionaría las comodidades necesarias para el mejor desempeño de las labores del personal militar destacado en la zona. En un breve lapso de tiempo, la FEP con el aporte del Gobierno Nacional, levantaron una serie de dependencias estatales y privadas que permitirían a viajeros y residentes disfrutar del paraje.
El diseño general de la villa también se encuentra dentro de la estética pintoresquista, aunque con un lenguaje mucho más acabado y cercano a la vertiente normanda en lo que se refiere a sus componentes: utilización de piedra, uso de la madera y pronunciadas pendientes de los techos.
Los enclaves han tenido distintos grados de ocupación y de inversión pública a lo largo de su historia, de los tres, probablemente sean Potrerillos y Uspallata, los que mejor han superado el paso del tiempo por su uso turístico.
Edificios y sitios de interés para visitar:
Hotel Potrerillos
Centro Cívico Potrerillos
Escuela Capacitación Técnica Potrerillos
Estación Polvaredas
Comisaría de Uspallata
Villa de Uspallata
Hotel de Uspallata
Bóvedas de Uspallata
Villa de Las Cuevas.
Fuente: Mdz Online
07/06/2019