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Ruta 52: toda la belleza de Villavicencio en el antiguo camino a Chile

Ruta de los Caracoles
Atractivos de la Ruta 52 de Mendoza

Atractivos de la Ruta 52 de Mendoza

Una invitación a recorrer sitios que quedaron al margen del alto tránsito. Uno de ellos es la ruta 52, el viejo camino a Chile, que une Las Heras y Villavicencio con el valle de Uspallata. 

Un centenar de kilómetros nos esperan para recorrerlos sin prisa, ya sea por la geografía del camino como por su riqueza histórica, cultural y arqueológica. Es que esta vía fue utilizada desde tiempos precolombinos y hasta principios de los 70 sirvió de unión entre Mendoza y Chile.

La ruta antigua en pavimento de hormigón llega hasta el ingreso al famoso hotel de Villavicencio, tras una larga recta de varios kilómetros, con el Monumento a Canota como hito principal y un serpenteante camino de ascenso hasta el enclave pedemontano destinado al alojamiento de turistas.

En medio una contrastante vegetación –entre la que se destacan coníferas–, la pintoresca edificación tuvo su máximo esplendor entre las décadas del 30 y 60, y poseía un complejo termal. Hoy está fuera de servicio y pertenece a la Reserva Natural Villavicencio, de manos privadas, que explota la famosa planta de agua mineral.

El lugar merece una primera parada para disfrutar de su belleza a la sombra de un arbolito. “Con el objetivo de promocionar Las Heras como destino turístico, estamos señalizando nuevamente las rutas y sitios de interés, ya colocamos nueva cartelería en la ruta 52 a fines de septiembre y ahora continuaremos por otras zonas de montaña”, explicó Rodrigo Pérez Esquembre, director de Turismo de Las Heras.

También comentó que ya está disponible la app RUTA 52, un trabajo desarrollado junto al Conicet, con financiamiento nacional, para la Puesta en Valor del Camino del Villavicencio-Alto del Paramillo.

“El objetivo es dotar a este circuito precordillerano de tecnología apropiada a la protección de los bienes patrimoniales allí localizados, y la difusión del acervo cultural y científico”. Pérez Esquembre resaltó que la iniciativa pone en valor la zona del Challao y la Ruta Provincial N°52 a Uspallata, que posee un alto significado geológico, biológico, histórico, arqueológico y paisajístico a través de la sistematización de conocimiento científico. Esto incluye la señalética, con 10 carteles ubicados en puntos clave del recorrido: Informador Challao, Parque de la Familia, Capdeville, Canota, Villavicencio vaquería, Surtidores, Cruz de Paramillos, Ruinas de Paramillos, Tambillos, Informador de Uspallata. También se dispone de guías turísticas y la aplicación de tecnología de Realidad Aumentada. La app, que ya se encuentra disponible para sistema Android y en un futuro se proyecta que esté disponible para iOS, recopila información de flora y fauna nativa, la sistematiza y la brinda de forma accesible y sin necesidad de conexión. También comentó que está en construcción una web de turismo del departamento.

Superado el hotel, comienza el ascenso por un camino de cornisa, son los famosos “caracoles de Villavicencio”. Es un camino consolidado (de tierra) mantenido por Vialidad provincial, entre precipicios e impactantes vistas panorámicas. La reserva natural ha permitido que los animales de la zona, aves y zorritos, se acerquen a los visitantes para reclamar alimento, desde miguitas de pan, frutas hasta un trozo de fiambre. Y el avistaje de guanacos, a menos de 20 metros de distancia, es otro de los atractivos con que se encuentra el que pasea por aquí. Resulta curioso observar cómo el líder conduce a la manada entre los cerros, siempre atento a los movimientos de los extraños humanos.

Vestigios del tendido del antiguo telégrafo, un mirador natural, denominado El Balcón o Balcón del Indio encontramos en los tramos finales de los largos y lentos, pero entretenidos caracoles de tierra y piedra. Se recomienda salir a la mañana para cruzar por estos sitios, que son los más complicados del recorrido, durante las primeras horas de la tarde.

El viaje se puede hacer desde Mendoza a Uspallata o al revés. En este último caso, los caracoles se transitarán en forma descendente.

Pero continuando con la crónica del camino de ascenso, nos encontramos también con la Quebrada del Toro, un camino que sirvió de alternativa a los caracoles, aunque ya no se utiliza y la parte de mayor pendiente, que es un río seco natural, está cubierta de material aluvial. Esta alternativa conecta el camino de la parte alta, a más 2.500 msnm con el camino llano y pavimentado de la ruta 52, pero está reservado a vehículos 4×4, motos o caballos. Y nos es tan atractivo como la subida por los caracoles.

Desde la Quebrada del Toro nos encaminamos a trepar hasta los 3000 msnm, a la Cruz de Paramillos, sitio histórico donde reina un suelo yermo o de escasa vegetación y rojizo. El viento frío domina este territorio, que es un mirador natural del Aconcagua, la cumbre de América. Ya a un poco más de 30 kilómetros de la villa de Uspallata encontramos en el camino los desvíos hacia zonas de las antiguas minas de Paramillos, el puesto Agua de la Zorra y el bosque petrificado que observó Charles Darwin. Si se dispone de tiempo, tal vez sea necesario dedicar una jornada completa a estos sitios de amplia riqueza cultural, histórica y arqueológica, teniendo como base la villa uspallatina.

Los últimos 20 kilómetros conducen en línea recta hacia el valle, ubicado a 2.000 msnm. Poco antes de ingresar a la zona poblada, una gran piedra, piedra de Isidris, de invita a una última parada, reservada a aquellos interesados en los centros energéticos que posee la montaña mendocina.

 

La columna del Ejército que comandó Las Heras

Sobre la ruta 52, la investigadora Oriana Pelagatti (Incihusa- Fac. Cs.Políticas y Sociales-UNCuyo) expresa: “Desde mediados del siglo XVI, cuando las huestes de Francisco de Villagra (conquistador español, 1511-1563) exploraron el actual territorio provincial, los senderos que vinculaban el valle de Guantata con la ciudad de Santiago comenzaron a ser trajinados por nativos y españoles. Sus huellas le dieron forma a un camino que unió Mendoza con Chile a través de la gran cordillera nevada. La ruta enfrentaba a los viajeros con una travesía seca que llegaba hasta Villavicencio, ascendía hasta las minas del Paramillo y luego descendía hacia el valle de Uspallata. Allí el camino seguía siguiendo el curso del río Mendoza hasta Las Cuevas. Más adelante, agrega: “una de las experiencias más conocidas que condensa el camino es la independencia, ya que fue una de las rutas seguida por las tropas del ejército libertador de los Andes rumbo a Chile. Del campamento de El Plumerillo partió la división que comandaba el coronel Juan Gregorio de Las Heras integradas por los soldados del Batallón Nº 11, un piquete de Granaderos a Caballo y un grupo de artilleros, zapadores y milicianos encargados de los víveres y las mulas”.

 

Fuente: Los Andes por Francisco Guerrero