El departamento más sureño del Valle de Uco ofrece lugares increíbles que no todos saben que existen. Naturaleza, montaña, buenos anfitriones, bodegas y restaurantes: todo por descubrir.
Un fin de semana largo se avecina y qué mejor que aprovecharlo para conocer nuevos lugares de Mendoza. El destino está solo a una hora y media de viaje de la Capital provincial: San Carlos.
El departamento ubicado al sur del Valle de Uco ofrece un programa ideal para aquellos aventureros inquietos que quieran admirar su belleza natural, hacer largas caminatas o por qué no, disfrutar de una buena comida acompañada de una exquisita copa de vino.
Empecemos con el recorrido. Al llegar al departamento vemos a personas en bicicletas, perros durmiendo la siesta y, a lo lejos, vecinos charlando sin apuro en la puerta de una casa. La vida cotidiana de los lugareños es solo interrumpida por los visitantes que consultan direcciones, una de ellas la de la bodega O. Fournier.
Esa es la primera parada del viaje.
La bodega O. Fournier está ubicada en calle Los Indios de La Consulta. Allí una persona se dispone a acompañar a los turistas por el recorrido de los cuatro niveles que tiene el edificio y contar cómo es el proceso de elaboración de sus vinos.
Luego de ver las piletas de cemento, las barricas de roble francés, los tanques de acero y las 285 hectáreas con viñedos de la bodega, se avecina la degustación.
En ese momento tres de los cuatro vinos elaborados por el enólogo José Spizo son puestos a disposición del visitante. Con un blanco de la línea «Urban Uco» comienza la cata. Al vino moderno, frutado, suave y fresco, le siguen los tintos de alta gama «B Cruz» y «Alfa Crux».
Al salir de la bodega, un destino imperdible, como lo define el director de Turismo de San Carlos Ricardo Funes, es el Desierto de las Huayquerías. Descriptas por la nación mapuche y los pueblos pehuenches como «lanzas de fuego», las Huayquerías constituyen uno de los paisajes más enigmáticos y desconocidos del Valle, ubicadas sólo a 7 kilómetros de la plaza departamental.
El desierto está formado por escalonados paredones de tierras arcillosas que van conformando una suerte de laberintos que encaminan al corazón de la experiencia que se hace a pie por el Cañadón de la Salada, durante una hora aproximadamente.
El final del camino presenta un impactante vertedero, donde las tormentas estivales desaguan y continúan tallando ese desierto de mítica mágica.
Para coronar el primer día en San Carlos una rica opción es la humita crocante con queso o el chivo relleno de RN restaurante. Un lugar de encuentro ubicado en La Consulta, con su entorno compuesto por vides y frutales, que forman el marco perfecto para el disfrute de una buena mesa.
La luna brilla en el cielo del Valle y le da paso al sol radiante. Otro día comenzó y con él, la experiencia inigualable de realizar una excursión a la Laguna del Diamante.
Camino a la maravilla natural de Mendoza se avanza en paralelo a la Vieja Ruta 40, que esconde un paisaje inigualable en cada uno de sus diez miradores trazados sobre los 163 km que une a Pareditas con El Sosneado.
Una vez que se llega al reservorio de agua dulce un paso importante es conversar con los guardaparques para realizar los trámites pertinentes y tomar conciencia sobre el cuidado del lugar.
La Reserva Natural (declarada así en 1994) cubre un área de 14 km cuadrados, con una profundidad máxima de 70 metros rodeada de cerros de gran altura y belleza, de los cuales se destaca el volcán Maipo. (abre en verano solamente)
El sitio ofrece la oportunidad de acampar en la zona delimitada, escalar el volcán, hacer senderismo por los alrededores del espejo de agua y/o practicar la pesca deportiva con mosca o cucharita.
Fuente: InMendoza, por Romina Scatolón