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San Rafael, tierra de vinos y aventuras (parte 2)

San Rafael, “capital de la aventura” en el sur mendocino, vive una temporada turística excepcional, este finde largo tuvo lleno casi total en los hoteles. Enterate aquí por qué la eligen….

Tirolesa en el dique

Uno de los día de estancia en San Rafael se puede dedicar a un paseo por los alrededores del dique Los Reyunos, a 35 kilómetros de la ciudad. Alimentada por el río Diamante, se trata de una de las pocas represas del país que cuenta con un sistema de rebombeo, lo que permite recuperar y reutilizar el agua al invertir las turbinas.

 

Entre una infinidad de tonalidades verdes y turquesas pueden practicarse todo tipo de actividades. Una de las más buscadas es el tiro bangi, una tirolesa de 580 metros de largo sobre el lago, que permite experimentar una sensación similar a la de volar. Al bajar se regresa al punto de partida en catamarán. 

 

Otras alternativas son los paseos por el embalse, el alquiler de cuatriciclos, canoas y kayaks y también salidas de buceo. Desde lo alto y con la majestuosa panorámica del paisaje se distingue una pileta flotante muy tentadora, que tiene una profundidad de 1,40 metros ideal para zambullirse cuando las temperaturas apremian.

Cerca del embalse hay cabañas y hospedajes, como un hostel, aparts para dos a cuatro personas y casas con capacidad para albergar de siete a diez huéspedes, desarrollados por la Universidad Tecnológica Nacional Los Reyunos. A unos 10 minutos en auto está ubicado el complejo Villa Bonita, que cuenta con bungalows diseñados para 3, 4 y 7 personas, emplazados en medio de un parque, con una casa de té y restaurante con especialidades gastronómicas.

 

A pocos kilómetros del centro de San Rafael, Finca Los Álamos es una estancia histórica de la región, donde desde 2003 se rinde homenaje a uno de los máximos escritores de la literatura argentina. “Quiero laureles verdes, reales, vivos, no esos de oro o metal”, expresaba Jorge Luis Borges en Roma en 1984 y su deseo se concretó: ocho mil plantas de arbustos boj boxus supervivens conforman un laberinto de dos hectáreas.

 

Los 2.500 metros de senderos, que insumen alrededor de 40 minutos para desentrañar, dibujan el nombre del escritor, símbolos de su vida y obra, como su bastón, relojes de arena, el infinito, un signo de pregunta, su edad al morir y las iniciales de María Kodama.

 

Antes de subir por las escaleras -que permiten observar el laberinto desde lo alto- conviene visitar el Centro de Interpretación para empaparse de la historia del lugar.

 

El sueño de la creación de este lugar surge a partir de la amistad de Borges con la escritora Susana Bombal, una de las dueñas de la estancia, quien solía invitar a él y a otras personalidades destacadas, como Manuel Mujica Lainez, Raúl Soldi y Héctor Basaldúa, y al diseñador de laberintos inglés Randoll Coate.

Con los enmarañados caminos verdes de fondo, el paseo por Los Álamos puede extenderse toda una mañana o una tarde entera. Una de las mejores razones es que el restaurante La Pulpería, especializado en comida regional casera, ofrece diversos platos, entre los que se destacan las empanadas de chivo y carne a la masa, que pueden disfrutarse en mesas al aire libre o en coquetas canastas para que cada uno se lleve a la sombra del árbol que más le guste. Y como el entorno es tan placentero, no hay más que distenderse y pasarla bien. En Google Play Store puede bajarse la aplicación gratuita “Laberinto de Borges”, para utilizar como guía con toda la información para recorrer el lugar.

 

Circuito de bodegas

Cuyo es una de las regiones vitivinícolas más importantes del país, que cuenta en Mendoza con la mayor cantidad de viñedos y despliega cuatro oasis bien diferenciados. San Rafael es el último de la zona sur de la provincia y, dado que se encuentra aislado de los demás, es un oasis que desarrolló características propias. Las variables climáticas y su geografía generan un terroir ideal, que produce uvas de excelente calidad.

 

San Rafael posee gran cantidad de bodegas. Suter y Bianchi son las más reconocidas. Sin embargo, la mayoría de los establecimientos es de tamaño mediano o pequeño, en comparación con los principales de la capital mendocina. “Aquí es todo más a pulmón”, señalan los guías que conducen las visitas en cada bodega.

 

“Las dos cadenas montañosas cercanas a San Rafael –Sierra Pintada y la Cordillera de Los Andes- aporta gran cantidad de minerales a los suelos de la zona. Al realizar calicatas -pozos para observar el perfil del suelo– descubrimos que San Rafael tiene tres o cuatro terroirs distintos, lo que se traduce en una diversidad riquísima de vinos”, dice Oscar Zalazar, el enólogo de Finca El Nevado, donde se realizan recorridos guiados y es posible aprender los secretos de la elaboración del vino, desde que se diseña en la viña hasta el embotellado.

 

La bodega Familia Ibarra, camino al Cañón del Atuel, se especializa en vinos orgánicos, con una producción anual que alcanza 18 mil litros. Los cuatro hermanos, dueños junto a su padre -el reconocido enólogo Edgardo Ibarra-, desarrollan en su bodega boutique las cepas cabernet, malbec, chardonnay, rosé merlot y cabernet merlot. En el frente de la coqueta casona se acomoda un restaurante con platos caseros, menús con maridaje de cuatro pasos y platos fuera de carta a cargo de la madre de la familia. En pocas semanas incorporará opciones saludables y desintoxicantes con propuestas veganas.

 

Otra bodega que vale la pena conocer es Jean Rivier, en la avenida Hipólito Yrigoyen, la arteria principal de la ciudad. Fue creada en 1956 por Jean Rivier, un inmigrante suizo que se dedicó de lleno a la vitivinicultura y adquirió viñedos en Valle De Uco, donde comenzó a elaborar los vinos que desde hace décadas gozan de reconocimiento nacional e internacional. Carlos Rivier continúa al frente de la bodega, donde se realizan visitas guiadas y degustaciones.

 

Murville es la primera bodega argentina que elaboró frizzantes naturales, el primer varietal frizzante seco y el único espumante de baja graduación alcohólica. Tiene la certificación de productora de vinos orgánicos. Su restaurante, con una gastronomía de excelencia, es una parada fundamental para poder continuar el recorrido por otras zonas. La bodega elabora un exquisito jugo de uvas sin alcohol, que sólo se consigue aquí.

 

Por su parte, Suter ofrece visitas guiadas por su cava subterránea. Los techos abovedados generan una acústica sorprendente, que permite escucharse susurrar a una persona desde el otro lado de la habitación. Los vinos se consiguen a un precio muy inferior al de las góndolas.

 

Bianchi es una de las bodegas más visitadas del país y al recorrer sus instalaciones queda claro por qué: el sector de máquinas de alta tecnología (donde se reciben las uvas en época de vendimia), grandes tanques de acero inoxidable donde los turistas pueden extraer vino y probarlo, barricas de roble francés y botellas estibadas en las paredes de los túneles oscuros en la cava de champaña dan una mística única a la visita, que finaliza con una gran degustación.

 

Si el viajero aún tiene tiempo es una buena idea acercarse a la fábrica de aceite de oliva Yancanelo, establecida en 1942 y donde hoy funciona el Museo del Olivo. Durante el recorrido se visitan la antigua planta de elaboración con la maquinaria original, la planta actual con su equipamiento tecnológico y se efectúa un paseo por los olivares y viñedos. Al finalizar se degustan los productos de la compañía. Justo enfrente a la fábrica se encuentra una coqueta vinoteca, los Locos de al Lao, del bandoneonista y director de orquesta Daniel Lewin, donde se fusionan dos grandes placeres: la buena música y los mejores vinos.

 

De fiestas y levadura

La Universidad de Cuyo, tras cinco años de desarrollo, logró elaborar un malbec con levadura autóctona de San Rafael, lo que permite obtener un vino propio de la zona, resaltar su tipicidad y sustituir la importación de las levaduras comerciales.

Las cepas seleccionadas cuentan con propiedades enológicas únicas, capaces de producir compuestos de aromas y sabores para contribuir a un bouquet específico de vinos locales. En la presentación del informe se realizó una cata a ciegas con periodistas del sector, quienes tuvieron una percepción muy positiva del malbec desarrollado con esta nueva levadura orgánica.

San Rafael festejó a fines de noviembre en la bodega Suter la Primera Fiesta Provincial de la Flor de la Vid, que celebra la floración, el comienzo del ciclo de la uva. Así como el broche de la vendimia es un gran evento el primer fin de semana de marzo, en San Rafael se propone dar inicio al calendario vendimial.

La fiesta reunió a prestigiosos chefs, bodegas de San Rafael y la región destacadas por sus vinos y espumantes y los shows musicales en vivo de Jairo y Minino Garay. Las bodegas maridaron sus vinos con los platos creados por Pablo Barbero -chef del hotel Hilton Buenos Aires-, Mauro Porfiri -elegido como mejor chef argentino en 2015, de Montecatini- y la embajadora regional gastronómica Ana Paula Gutiérrez.

 

Fuente: Clarín, por Sandra Lion