image

San Rafael y la experiencia Valle Grande

Un circuito de interés para quien busca aventura y las emociones fuertes.

El Valle Grande es un importante polo turístico, a sólo 37 kilómetros de la ciudad de San Rafael. Para alcanzar en auto al Valle Grande se sale de la ciudad por Av. Ballofet y tomando la ruta provincial 173, pavimentada en su totalidad. En las cercanías comienza un camino sinuoso bordeado por un cordón montañoso y por el Río Atuel, encontrado a la vera del mismo amplia variedad de opciones de alojamiento (campings, cabañas, hoteles) y gastronomía, así como diferentes empresas de turismo aventura que ofrecen las clásicas actividades de este género: cabalgatas, rafting, parapente, rappel, escalada, trekking y siguen los nombres.

Al final del recorrido se halla la presa Valle Grande, cuyo paredón enmarca un lago de aguas cristalinas de reflejos verdes, escenario apto para la práctica de todo tipo de deportes náuticos: esquí, remo, windsurf, pesca, natación, canotaje y lo que la imaginación dicte y los medios permitan.

Aguas arriba de la presa Valle Grande asoma el formidable Cañón del Atuel, con formaciones rocosas esculpidas naturalmente y con mano maestra por el viento y la lluvia, algunas de las cuales se conocen con peculiares nombres, entre ellos Museo de Cera, Sillón de Rivadavia, El Lagarto, Los Viejos, Los Monstruos, la Ciudad Encantada, El Mendigo, Los Jardines Colgantes y Los Monjes.

Pasando una cuesta y sobresaliendo del Cañón se ve el lago que conforma el dique El Nihuil, de 9600 hectáreas; por su gran belleza y cercanía a la ciudad de San Rafael, el lago de este embalse constituye un lugar de esparcimiento y turismo muy apreciado.

 Es otro espacio apto tanto para la pesca como para los amantes del windsurf, que iluminan el lago con sus velas multicolores. Sobre una de las orillas del lago yace la Villa El Nihuil, y sobre la que lo enfrenta está Club de Pescadores San Rafael con camping, cabañas, restaurante y piscinas.

Qué ver en San Rafael: consumado el turismo de aventura y/o vinos, vale una visita a la Plaza del Inmigrante donde reside el Museo Ferroviario, como asimismo el parque Hipólito Yrigoyen que cuenta con anfiteatro y el predio conocido como Parque De Los Niños. Un poco más lejos, a unos siete kilómetros, el Parque Mariano Moreno, en la Isla del Río Diamante, tiene un pequeño lago y la Gruta de la Inmaculada Concepción. Frente al parque reside el Museo de Historia Natural, uno de los más importantes de la república.

 Cómo llegar: para alegría de los mendocinos y sus visitantes, el aeropuerto volvió a abrir sus puertas tras una larga temporada de reformas. Aerolíneas Argentinas realiza vuelos diarios desde Buenos Aires de hora y media de duración. Si se desea ir en auto, el viaje a través de la RN 188 dura poco más de diez horas. Asimismo, diversas empresas realizan el viaje en ómnibus que parte desde la terminal en Retiro.

Dónde alojarse: la provincia tiene posibilidades de alojamiento para cualquier presupuesto. De lo visitado en este viaje, por confort y servicio en San Rafael nos gustó el Tower Inn & Suites, que también tiene casino.

Dónde comer: En San Rafael, además del restaurante Sud del Tower Inn, que ofrece platos creados con productos de la zona, la avenida Hipólito Yrigoyen cuenta con amplia y variada oferta gastronómica.

Enoturismo hacia el mundo

Como para remarcar la importancia que ha cobrado el mundo del vino en Mendoza, especialmente en los últimos años y particularmente en San Rafael, el Centro de Congresos Alfredo Bufano fue la sede del VI Congreso Iberoamericano de Enoturismo que se realizó el pasado noviembre. Durante dos intensos días a sala prácticamente llena (hubo más de 180 inscriptos), expositores de distintas regiones vitivinícolas de Chile, Uruguay, Portugal, Brasil, Francia, Estados Unidos y disertantes nacionales presentaron, analizaron y debatieron diversos aspectos referidos al turismo vinculado al vino y la importancia cada vez mayor que tiene para la provincia.

La atmósfera idílica de San Rafael acompaña el momento de regresar y llevarse consigo los recuerdos de vinos y aventuras, sin olvidar el puente que cada uno de estos mundos le tiende al otro.

Panoramas, descubrimiento, placeres y aventuras: San Rafael lo tiene todo y aguarda, con la serenidad que le es tan típica, que vayamos a descubrirlo. ¿Quién puede resistirse a esta aventura? Nosotros sabemos como hacertelo vivir mejor!

Fuente: Página 12, Por Frank Blumetti