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Sobreprecios en los alquileres de oficinas del Ministerio de Turismo

Lejos del discurso de Macri sobre que “la austeridad tiene que partir desde la política”, el Ministerio de Turismo de la Nación paga escandalosos sobreprecios por los alquileres de cuatro pisos en su sede de Suipacha 1111. Las diferencias en los montos mensuales llegan a superar el 90% respecto a lo que abonan otros inquilinos de la Torre Brunetta por la misma superficie. El valor del m2 de las oficinas de la repartición están entre un 30% a un 50% por encima del promedio del mercado para la zona.

El pasado 29 de enero el presidente Mauricio Macri lanzó en el Salón Blanco de la Casa Rosada una cruzada contra el costo de la política: “Si los argentinos están haciendo su aporte, quienes somos parte de la política tenemos que redoblar el esfuerzo y dar el ejemplo. La austeridad tiene que partir de la política”. En aquella oportunidad, el primer mandatario anunció una reducción de los cargos y el gasto de la política, así como el decreto prohibiendo el nombramiento de familiares de los ministros en la administración pública.

El primero en ofrecer la renuncia de su hijo fue el titular del Ministerio de Turismo, Gustavo Santos, quien en la carrera por alinearse con el humor de la primera magistratura también inmediatamente anunció un recorte del 26% en la planta de la estructura jerárquica del organismo.

A casi 150 días de aquel discurso de Macri, barriendo la hojarasca de los compromisos a bocajarro, el MinTur se muestra prácticamente desnudo de cumplimientos.

 

AJUSTE A CONTRAMACRI

Por un lado, luego de formalizar su renuncia, el hijo del ministro, Matías Santos, continúa como mano derecha de su padre en la mesa chica del organismo cuyo Gabinete supo coordinar (y donde este semanario se comenta con fruición). Pese a la informalidad de ese rol, la orden fue que áreas sensibles del Ministerio le sigan reportando al funcionario renunciado.

Por otra parte, el ajuste de la estructura política se convirtió en una reingeniería de suma cero. O sea, antes del anuncio del “recorte” había dos Secretarías por debajo del ministro Santos, hoy existen tres. El mayor gatopardismo se dio a nivel de Direcciones, donde se derogaron seis direcciones y otras tantas coordinaciones, las cuales en su mayoría fueron replicadas en otras áreas espejo del organigrama (además de otras que se estrenaron). Por ejemplo, se eliminó la coordinación del Consejo Federal de Turismo, pero se incorporó la Dirección del ídem (idéntico a lo que pasó con Marca País). Se prescindió de la Dirección de Estadística del Turismo, pero en la estructura permanece la Dirección Nacional de Mercados y Estadística. Incluso, mientras se borraron las direcciones de Desarrollo de Productos Turísticos y la de Planificación y Destinos Turísticos, se incorporaron la Dirección de Productos Turísticos y se mantuvo la de Planificación de Desarrollo Turístico. Poco menos que un tedioso cambio semántico (para más detalles leer La Agencia de Viajes N° 1511).

 

EL CONSORCISTA N° 1

Al margen del juego del gato y el ratón que esconden esas situaciones, lo cierto es que nunca pesaron sobre el Ministerio de Turismo reclamos serios sobre si estaba o no sobredimensionada su estructura. Lo cuestionado es la forma en la que invierte su presupuesto y la eficacia de la gestión.

Una pintura digna del realismo del siglo XIX (por la fidelidad con la que se grafica el verso de la austeridad y la honestidad) es el cuadro que ofrecen los alquileres de las oficinas del Ministerio de Turismo de la Nación en la Torre Brunetta (conocida durante años como la Torre Olivetti). En el edificio emplazado en Suipacha 1111 el organismo es propietario de los pisos 13, 20 y 21 y alquila otros cuatro (el 7°, el 14°, el 22° y el 28°). Además, en cuestión de semanas sumará otro nivel (el 12°) a donde se mudará el Inprotur. Con lo cual ocupará más de una cuarta parte de la Torre de 30 pisos.

Todos los meses el Ministerio paga puntualmente unos US$ 78.400 (que se irán a poco más de US$ 90 mil con la mudanza del Inprotur) en alquileres en Suipacha 1111, más otros US$ 9.000 en concepto de expensas. Por año son más de US$ 1 millón en contratos de locación.

 

ESCANDALOSOS SOBREPRECIOS

Pese a ser el principal consorcista y uno de los más antiguos vecinos del edificio, el Ministerio de Turismo de la Nación paga escandalosos sobreprecios por los alquileres de los cuatro pisos, los cuales llegan a superar el 90% respecto a lo que abonan otros inquilinos por la misma superficie.

Por ejemplo, por un piso de 590 m2 ubicado un poco más cerca de la tierra que el piso 22 del MinTur (sede de la parte administrativa y -curiosamente- del departamento de Compras y Patrimonio) se paga mensualmente US$ 11.500 contra los US$ 22 mil que abona el organismo por igual cantidad de superficie. O sea, el Estado eroga casi el doble que otro inquilino de la misma Torre, que además de ahorrarse US$ 10.500 al mes también hace usufructo de media docena de cocheras.

Pero si bien el contrato del MinTur con Sadia por la renovación del alquiler del piso 22° (vigente por 36 meses desde el 1° de junio de 2018) es por lejos el más oneroso para la billetera pública, está lejos de ser excepcional.

Por los 600 m2 del piso 14° (sede de Jurídicos y el CFT) el organismo paga US$ 20 mil mensuales desde la renovación del contrato a partir del 1° de junio de este año, también con Sadia.

Por su parte, I.S.L recibe del MinTur unos US$ 18.900 por los 600 m2 del piso 7°, sede histórica de las direcciones que regulan la labor de las agencias de viajes. En este caso, el contrato es por 12 meses y se renovó en noviembre pasado.

El nuevo pisito de 603 m2 del MinTur en el 28° le cuesta mensualmente al Estado (en realidad, a todos los que pagan el impuesto del 7% sobre los pasajes al exterior) unos US$ 17.500. No sólo el acuerdo de noviembre pasado con Big Sur S.A. fue el mejor de la serie, sino que además de una hermosa vista del Río de la Plata incluye tres cocheras.

 

COMPARACIONES ODIOSAS

-Periodista: Hola, quería saber si todavía tienen en alquiler la oficina de 600 m2 en el edificio de Suipacha 1111.

-Inmobiliaria: Sí, está disponible. El alquiler mensual es de US$ 14.400 e incluye tres cocheras. En seguida le envío la ficha.

En menos de 20 segundos de “durísima” negociación, este periodista logró una cotización US$ 7.600 más barata por mes que la que consiguió el MinTur a principios de junio de 2018 por el piso 22.

Lo mismo hicimos con otra inmobiliaria para cotizar el alquiler de unas oficinas de 315 m2 en uno de los últimos pisos de Suipacha 1111. Y, nuevamente, los dotes de la negociación hicieron que pudiéramos obtener un valor de $ 7.800 por mes. Con lo cual se repite un ahorro de más del 50% proporcionalmente a los valores negociados por el MinTur.

Ironías al margen, lo que queda claro es que el organismo público paga por sus alquileres mucho más que lo que la oferta indica.

Sin ir más lejos, según el último reporte de la consultora corporativa global Colliers, el valor promedio del m2 para alquileres de oficinas en edificios de categoría Premium (A+) en la zona de la Plaza San Martín (donde se ubica Suipacha 1111) está en US$ 24,2. Un valor que además se ha mantenido estable en el último año.

¿Cuánto vale el m2 en las locaciones del Ministerio de Turismo? En el piso 22 es de US$ 36,67. O sea, más de un 50% por encima de los valores de mercado. El m2 en el piso 14 es de US$ 33,33, un 38% más elevado. Las oficinas del 7° están un 31,5% arriba del promedio y las del 28° un 29% más caras.

¿Cuánto se ahorraría el Estado si al menos lograra negociar un valor del m2 similar al promedio del mercado? Si los contratos respetaran el valor de US$ 24,2 por m2, el Ministerio pagaría por los cuatro pisos que actualmente alquila unos US$ 58 mil mensuales. Hoy el organismo abona US$ 78.400 cada 31 días. O sea, paga un sobreprecio de más del 35% respecto de las tasaciones de mercado.

Las dos consultoras inmobiliarias a las cuales consultamos para que trataran de explicar racionalmente qué podía justificar semejante diferencia en el valor del m2 entre los contratos analizados y los de mercado simplemente reconocieron que, aunque suele haber leves variaciones de acuerdo a las prestaciones de los edificios, “nunca escuché que haya tanta diferencia respecto de los promedios”.

Fuente: Ladevi
28/06/2018