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Subir el Aconcagua: 9 tips para la gran expedición

Ya estamos en la temporada para subir el Aconcagua, para muchos la gran expedición de sus vidas. El guía de montaña Julián Insarralde comparte 9 consejos indispensables para un ascenso seguro y disfrutable.

 

¿Cuál es la dificultad técnica para subir el Aconcagua por la ruta normal?

Es baja. La dificultad más grande pasa subir el Aconcagua son las bajas temperaturas y la altura sobre el nivel del mar. Eso la hace una montaña bien difícil. Comparada con otras Seven Summits obviamente propone un desafío impresionante con respecto a la altitud que no se siente en ninguna de las otras 7, excepto claro en Everest. También las bajas temperaturas hacen que la montaña se ponga realmente difícil. He estado dos veces en Denali y nunca se siente el frío de cuando uno sale de 6.000 o 5.600 metros el día de cumbre a las 3 o 4 am es realmente frío extremo. Nunca lo sentí en otro lado.

Técnicamente no tienen ningún paso complicado. Sí puede tener un poco de grado de exposición si salgo del sendero, que puedo salir rodando. Pero comparada con otras montañas de los Andes peruanos o bolivianos, no hay que encordarse, no hay que saltar grietas, no hay que transitar sobre glaciar. Todo hablando de la ruta normal.

 

¿Cualquiera puede subir el Aconcagua?

Cualquier persona que se prepare para eso. Siempre digo que la preparación no va tanto en lo físico -desde ya que cuanto mejor preparado, mejor – pero la preparación tiene que ser en los aspectos de montaña. Por eso siempre es más aconsejable subir primero una montaña de 4.000 metros, luego una de 5.000, una de 6.000. Después hacer algo un poquito más largo. Ir adaptándose a las cuestiones de montaña específicamente como dormir en carpa, ver cómo me siento durmiendo a 5.000 metros, etc.

 

¿Qué preparación específica se requiere?

La preparación puede ser equivalente -no físicamente- para cuando querés prepararte para una carrera de 42 km. Lo ideal es correr primero una de 10 km, luego una de 21 km, una progresión lógica. En la montaña sería subir primero un 4.000, luego un 5.000, algo de trekking. Y luego viene la maratón que sería subir el Aconcagua. Esa es la manera saludable. Pero nosotros como guías hemos tenido clientes que Aconcagua era la primera montaña que subían en su vida y terminaron con cumbre. Eso rompe con las estadísticas. Existe. No es lo más aconsejable ni lo más saludable, pero existe.

 

¿Es siempre recomendable contratar guía y servicios?

Es fundamental en caso de no contar con experiencia previa, pero experiencia de verdad. Muchas personas piensan que tienen experiencia porque subieron el volcán Lanín, por ejemplo, 3.700 metros. Experiencia es estar a más de 6.000 metros y tomar decisiones en la altura, y eso puede llevar algunos años. Es recomendable contratar guía, pero no estoy de acuerdo que sea obligatorio. Hay algunos lugares donde es obligatorio usar guías. Pero hay muchas personas que tienen un curriculum deportivo impresionante y desde ya que pueden subir solos. Ante la falta de conocimiento o para incrementar la seguridad en el ascenso, es 100% recomendable contratar guía.

Al igual que los servicios, como las mulas. Muchas personas no contratan y se las ve cargando mochilas de 20 kg por Playa Ancha porque se supone que es un ascenso un poco más alpino, menos contaminado. Lo cierto es que si está el servicio se puede utilizar, mueve la economía regional y está perfecto.

 

¿En qué consiste el proceso de aclimatación?

La aclimatación es un doble proceso de asimilación y acomodación. Asimilo el medio y me acomodo, me adapto a él. Todos terminan aclimatando en un período de entre 8 y 11 días. Lo que se busca es estar en condiciones medianamente normales a 6.000 metros para poder subir los últimos 1.000 de desnivel. Una etapa de aclimatación buena sería tocar varias veces los 4.000 metros, pero dormir por debajo de la cota de los 3.000 por ejemplo, antes de ingresar al Parque.

 

¿Qué ventajas tiene realizar la aclimatación en Las Cuevas?

En Las Cuevas estás durmiendo a 3.200 metros, está muy bueno. Pero la verdadera ventaja que tiene la cordillera del Límite es que es muy fácil alcanzar los 4.000 metros. Por ejemplo, en el Cristo Redentor que se puede llegar en vehículo. Cerros como el Santa Elena o el Cristo son perfectos para la aclimatación, siempre durmiendo en Las Cuevas a 3.200. Teniendo en cuenta que el campamento Confluencia está a 3.400 metros, es muy probable que los controles médicos allí den un poquito mejor que si se entra de una al Parque.

Y pisar el mismo suelo, el mismo terreno que cuando entrás a Aconcagua, puede ser una muy buena ventaja.

 

¿Es aconsejable comprar el equipamiento necesario o alquilarlo?

Es aconsejable que los elementos más personales como bolsa de dormir y botas, si son propias, mejor. Pero mucha gente solo los va a usar una o dos veces entonces es preferible alquilar. Las tiendas de rental en Mendoza están bien preparadas para recibir al “turista” -por así decirlo- que va a subir el Aconcagua, que puede llegar si quiere en short de baño y vestirlo para el ascenso.

Y si la persona que va a ascender tuvo la experiencia previa es muy común que cuente con el equipo básico de alta montaña. Posiblemente le falten mitones de pluma que no se suele usar en otras montañas, o el camperón de pluma de cumbre. Pero el resto generalmente lo tienen.

 

¿Qué aspecto no puede descuidarse al organizarse para subir el Aconcagua?

Lo crucial es la falta de experiencia. Muchas personas piensan que por correr o hacer maratones les va a ir bien en Aconcagua. En realidad, lo crucial es que haya sumado experiencias previas al ascenso en cerros de menor altitud. Pero hacer un ascenso importante, unas 12 horas de marcha, y habiendo salido desde una carpa. No desde un refugio ni desde tu casa a correr.

Otro aspecto es la aclimatación. Haciendo una buena aclimatación se minimiza mucho el riesgo de edema pulmonar y cerebral. Es fundamental.

Y otra cosa que nunca hay que descuidar es el disfrute. La gente ya el primer día pregunta por la cumbre, cuando el primer día hay que llegar a Confluencia, el segundo a Plaza de Mulas, el tercero subir a tal lado y bajar, según el programa que tengan. Pero el disfrute es día a día. La sumatoria de buenos aciertos y cosas bien realizadas, hidratar, comer bien, dormir bien, tener el equipo adecuado, entrenamiento y experiencia adecuadas, la sumatoria de esas cosas hace que la frutilla del postre sea la cumbre. Cuando hubo un problema no fue de un momento a otro, sino que justamente es una sumatoria de errores o avisos que va dando la montaña que a veces termina en una fatalidad.

 

No hacer cumbre en el primer intento ¿es un fracaso?

Todas las experiencias son válidas. Depende de cada montañista cómo toma la montaña. Algunos lo tomarán como un fracaso, otros no. Depende de por qué está cada uno ahí. Unos van a disfrutar el paso a paso y si se puede, hacer cumbre. Otras salen de abajo queriendo hacer cumbre sí o sí y dejan todo por eso. La montaña te puede hacer rebotar muchas veces.

Es muy importante que la gente entienda que cuando va a una montaña de 7.000 metros las posibilidades son menores, hay menos chances de hacer cumbre. Si vas a un cerro de 2.000 metros en la Precordillera y el día está bueno hay muchas posibilidades de hacer cumbre. En un 3.000 un poquito menos, un 4.000 menos, un 5.000, un 6.000. En una montaña de 7.000 metros las posibilidades de hacer cumbre se reducen considerablemente, ya que son muchos días y muchos aspectos a tener en cuenta y cosas que pueden pasar. Desde sentirse mal hasta extrañar a los hijos.

Pero toda experiencia suma y no se puede contemplar como un fracaso no hacer cumbre.

 

Julián Insarralde

Guía de montaña. Profesor de Educación Física y Guardavidas.

Guía profesional alrededor del mundo. Dicta cursos de escalada en roca y hielo.

Más de 600 cumbres en Argentina. 30 expediciones a Aconcagua. 30 expediciones anuales a cerros de diferentes alturas. Maneja grupos reducidos y guiadas técnicas. Escaló en Chile, Brasil, Perú, Bolivia, Colombia, Himalayas y Alaska.

 

Fuente: Recvista Cumbre