image

Turismo: ganadores y perdedores de un año para no repetir

Turismo en el gobierno de Cambiemos

La encuesta de La Agencia de Viajes con casi medio millar de empresarios y funcionarios del sector revela que el primer año de Cambiemos en el Gobierno dejó vencedores y vencidos. Las evaluaciones más flojas de 2016 y las expectativas más débiles de cara a 2017 corresponden a los actores que trabajan con destinos nacionales, mientras que el humor mejora entre quienes se abocan al emisivo. Las medidas oficiales tomadas por la actual gestión no son vistas por la mayoría como la solución para los problemas de arrastre que acumula el negocio: la carga fiscal, la baja rentabilidad y la pérdida de competitividad.

En un año caracterizado por el decepcionante desempeño de la economía y el consumo, en el sector turístico la foto muestra una división en partes iguales entre quienes guardarán un grato recuerdo de 2016 y quienes celebran que se haya ido. Con lo cual ambas mitades tienen un motivo para confiar en 2017, ya sea por inercia o como procesión de fe. Porque, al menos por ahora, las medidas tomadas por el Gobierno no son vistas por la mayoría como la solución para los problemas de arrastre que acumula el negocio.

A grandes rasgos, ésas son las pinceladas de base que arroja la encuesta realizada por La Agencia de Viajes con motivo de su 28° aniversario. Un trabajo que reúne la opinión de 485 actores del turismo, representativos de sus diversos rubros (ver “Sobre la encuesta”). De hecho, es la amplitud de la muestra y su segmentación lo que permite identificar “vencedores y vencidos” del primer año de Cambiemos en el Gobierno.

DIME QUE VENDES Y TE DIRÉ CÓMO TE FUE.

Puestos a evaluar los resultados de 2016 en sus empresas/destinos poco menos de la mitad le dieron una nota positiva (37% bueno y 9% muy bueno); pero para el resto dejó mucho que desear (37% regular, 13% malo y 5% muy malo).

Pero ese aparente empate esconde desempeños muy dispares, claramente identificables a partir del segmento de actividad de las empresas/destinos. Y no hay que ser muy perspicaz para adivinar que quienes peor la pasaron fueron quienes reciben pasajeros internacionales o bien trabajan con el turismo nacional. Lo cual se percibe sin dobleces en las respuestas de los 115 encuestados que se desempeñan en el rubro en Argentina, sea como operadores receptivos, prestadores en destino, hoteles u organismos. Nótese que entre los operadores receptivos el 2016 fue considerado positivo (apenas bueno) por apenas el 24% de quienes respondieron, en tanto que para tres de cada 10 fue directamente malo o muy malo. Un escenario que se agudiza incluso entre los prestadores en destinos nacionales (al 36% le fue mal o muy mal) o los hoteles (al 60% le fue de regular a muy mal). Incluso entre la veintena de funcionarios que trabajan en algún organismo de turismo en el país el panorama es sombrío: casi dos de cada 10 dijeron que fue muy malo el desempeño del destino en 2016 y un 35% apenas regular. De hecho, nadie del sector público dijo que le haya ido “muy bien”.

¿Quiénes ganaron? Fácil, aquellos que trabajan de recibir argentinos en el exterior. No casualmente para el 61% de los encuestados que trabajan en organismos, representaciones u hoteles de destinos del exterior el año pasado fue bueno o muy bueno; y tan solo el 8% calificó a 2016 como muy malo o malo.

La compensación en la balanza que ofrece el multiproducto (con más penetración del emisivo internacional) ofrece una explicación de por qué tan sólo el 13% de las agencias minoristas dijo que el año pasado fue malo, mientas que la mitad lo puntuó como bueno o muy bueno.

CONFIANZA A MEDIAS.

A la hora de medir los índices de confianza en 2017 se nota un mayor optimismo en todos los segmentos: un 42% considera que será un poco mejor que el pasado y un 9% se anima a vaticinar uno mucho mejor. El 40% restante se divide entre los que esperan que se mantenga estable (31%) y un nada desdeñable 18% que considera que será incluso peor que 2016.

Nuevamente, los datos generales no definen con precisión el ánimo de los actores, sino que es con el análisis de cada segmento donde se transparenta el espíritu. Y se repite la historia: el ánimo más sombrío proviene de aquellos que trabajan en turismo receptivo. Incluso pese a que esta encuesta se realizó con posterioridad a la entrada en vigencia de la devolución del IVA al extranjero (que sólo parece haberle despertado una mueca favorable a los hoteleros). Por ejemplo, el 66% de los operadores receptivos y 60% de los prestadores en destinos nacionales esperan que la situación sea neutra o empeore. Lo propio opinó más de la mitad (53%) de quienes trabajan en organismos públicos o en hoteles (51%).

En el otro extremo están los que laboran en organismos, representaciones y/o hoteles de destinos extranjeros, donde el 67% es optimista de que su negocio en el país mejorará un poco o mucho este año.

Entre las 343 agencias minoristas y operadores que respondieron la encuesta el clima es similar: un 53% opina que la situación mejorará un poco o mucho y no supera el 17% los que vaticinan que la situación empeore respecto a 2016.

EL GRAN BONETE.

A priori sería lógico inferir que si más de la mitad del medio millar de encuestados piensa que 2017 será mejor que 2016, otro tanto evaluaría como positivas las medidas adoptadas por la actual gestión para alentar ese cambio de humor. Sin embargo, a la pregunta de cómo consideraban las medidas adoptadas por la gestión apenas el 34% las calificó como favorables. Es más, otro 34% las rotuló como negativas y un 32% como neutras. O sea, la leve mejoría en el ánimo pareciera huérfana.

LAS PREOCUPACIONES DE SIEMPRE.

Los altos costos internos y su gemela, la mochila fiscal; la baja rentabilidad; y la pérdida de competitividad del destino son distintas caras de un mismo fantasma, apuntado cómodamente por más de la mitad de las agencias minoristas, hoteles, operadores de turismo receptivo y prestadores nacionales como los temas que más preocupan de cara a 2017 en cuanto a la incidencia en el negocio y sobre los que el Gobierno debería actuar con premura.

En cambio, un matiz curioso es el de los operadores emisivos que, al igual que -naturalmente- los organismos y representaciones empresas de destinos del exterior, sienten más vértigo ante una posible caída del consumo de los clientes argentinos.

Fuente: Ladevi
18/02/2017