image

Turismo para peques en Mendoza

Trekking para peques
Turismo para Peques en Mendoza

Turismo para Peques en Mendoza

Las reservas naturales son una buena alternativa de actividades al aire libre. Senderismo y conocimiento en una salida familiar para las vacaciones.

Para estas vacaciones una buena propuesta puede ser visitar alguna de las reservas provinciales. Hoy presentamos tres.

 

Muy cerca de la ciudad

La salida de senderismo por la reserva Divisadero Largo es una invitación a fusionarse con el ambiente y conocer la geología y la historia del lugar. Muchas veces se dice que por allí es posible olvidarse de la ciudad, aunque se está muy cerca. El sonido del agua del arroyo, la brisa en la cara y zumbido de las avispas lo confirman. Sólo se trata de predisponerse.

In situ hay tres recorridos auto guiados para elegir. El corto toma aproximadamente una hora, el medio 2 y el largo casi 4.

Los pasos sobre el suelo pedregoso se detienen para mirar a lo lejos y aprender el origen de la denominación. Allá arriba está el cerro Divisadero Largo, al que subían los huarpes para “divisar” dónde estaban las manadas de guanacos. Allá, abajo, el arroyo del mismo nombre.

Con la ayuda de los guardaparques y de los conocimientos de los padres, los peques pueden ver a la vera de las sendas plantas de jarilla, arbusto del Pedemonte que debemos preservar y que está prohibido cortar. También se reconocen el arrayán de campo, el ala de loro y la jarilla macho. El aroma a alcanfor y a tomillo en el aire.

Aquí viven todo tipo de roedores, especialmente cuyis y tunduques, que se esconden cuando escuchan que viene gente, por lo que no es tan fácil verlos. Arañas ponzoñosas y serpientes letales también habitan en la reserva por eso es preciso andar con cuidado.

Otro de los momentos memorables del paseo es cuando se camina sobre la falla Divisadero largo. Resulta que en otros tiempos geológicos chocaron las placas de la formación de Cachueta y la de Potrerillos, una se montó sobre la otra, quedando expuesta.

Así se ven las lutitas, rocas con materia orgánica e hidorcarburos que motivaron la instalación de la mina La Atala, a finales del siglo XIX. Ya sobre el final del recorrido y justo donde perviven los restos de la mina, está el mirador de la falla. Las piedras, la tierra y los sedimentos, cual libro de geografía, se divisan perfectamente y hablan de distintas composiciones y eras.

Al ingreso de la reserva está el Puesto de Guardaparques, con sanitarios y quincho con mesas, para descansar.

 

Vamos para el norte, a Lavalle

La Reserva Natural Bosques Teltecas es una de las citas lavallinas, principalmente del invierno. Conserva un relicto de monte nativo de algarrobo, que constituye un refugio natural para numerosas aves y mamíferos. El paisaje árido representativo de la región del monte, se encuentra dominado por médanos, entre los que se destacan Los Altos Limpios.

Desde el área de turismo de Lavalle comentan que es una actividad que se puede hacer en familia. Un dato interesante es que hay churrasqueras y quinchos. Es decir, que en esta zona se puede hacer asado. “Eso sí, es preciso lleva la leña”, puntualizan.

Ofrece turísticamente Senderos interpretativos y Centro de Interpretación que se encuentran en el predio de la seccional de Guardaparques. Dentro del Centro de interpretación se pueden observar elementos arqueológicos encontrados en la zona, pertenecientes a culturas originarias,los huarpes; además de información general de la Reserva.

Los senderos interpretativos que están habilitados son:

Conociendo Telteca: auto guiado y con cartelería, a través de un juego de preguntas y respuestas cuenta aspectos del lugar.

Otro se denomina Hombre y Naturaleza y es una representación de un puesto donde los pobladores actuales utilizan los recursos naturales para construir.

Por su parte, Jardín Nativo refleja las principales especies de flora nativa del área protegida.

En tanto, Altos Limpios es un paisaje singular. Son médanos sin vegetación y de gran belleza. Los senderos pedestres son la última oferta para el visitante. Son ideales para runners, fotógrafos de la naturaleza, observadores de aves y personas que disfruten caminar largos trayectos. Todos comienzan en la seccional de Guardaparques El Pichón. Éstos son:

Sendero La Tenca: Camino que te lleva a los Altos Limpios (2,5 kms de dificultad baja).

Sendero El Cuyum: que conduce a Altos Limpios, transitando por un bosquecito de chañar y médanos (son 4,5 Km de dificultad media).

Sendero Las Hormigas: Camino a médano Alto Grande, un punto panorámico muy hermoso donde se puede apreciar la geografía de la reserva. En días despejados se divisa el Aconcagua, San Juan y Sierras de Las Quijadas (6 km de dificultad media).

Finalmente, se puede encarar una combinación de tres senderos: (9 km que llevan 4:30 horas). Contacto: Municipalidad de Lavalle.Tel (0261) 4941356 e-mail: turismoyculturalavalle@yahoo.com.ar. También en Facebook Bosque Telteca. Se ingresa de 8.30 a 19.30.

 

Vamos para el Este

Visitar la Reserva de Biósfera de Ñacuñán es una gran opción para vacaciones, sobretodo de invierno, porque se ven los bosques más prístinos en ambientes desérticos, nos comentan desde el área de informes de Áreas Naturales de Mendoza.

El horario es de 8 a 20 horas, y está permitido el ingreso de peques con la presencia de los padres o adulto a cargo. La reserva cuenta con: Personal Guardaparque, baños públicos con duchas y agua caliente, área de acampe, zona de fogón, sum y esculturas de fauna autóctona en madera. Además se puede hacer mountain bike y hay un sendero de flora y un sendero al mirador de los médanos. Avistaje de aves, safari fotográfico, circuitos de running, senderismo, gastronomía, proveeduría, sala de primeros auxilios, telefonía celular, son más datos que les pueden servir a los visitantes”, explica uno de los ocho guardaparques de Ñacuñán.

Esta reserva está localizada a 180 kilómetros al Sureste de Mendoza, en el departamento de Santa Rosa. Protege unas 12.600 hectáreas de bosque nativo de algarrobo. Es interesante destacar que Ñacuñán fue la primer área protegida de la provincia de Mendoza (desde 1961). Su denominación deriva de la lengua pehuenche Neyku-ñan, nombre del último cacique de Malargüe, aliado de San Martín.

La región que comprende se sitúa en la Travesía (llanura) de Tunuyán dentro de la provincia fitogeográfica del Monte con muchos elementos chaqueños.

El objeto de creación de la reserva lo constituye el bosque de algarrobo que se halla en recuperación luego de una tala indiscriminada que duró hasta 1937. Este árbol era utilizado para la extracción de leña y carbón que abastecía el ferrocarril y la ciudad. Hoy la fauna es muy rica y se destaca una gran diversidad de aves.

El ambiente natural bien conservado y la abundancia de algarrobos ayuda a que exista un gran número de especies. Habitan alrededor de 130 especies de aves, entre ellas: martinetas, ñandúes, cardenales, sietecuchillos, diucas, chingolos, lechuza bataraz, gallito copetón, monterita de collar, yal carbonero (especie endémica del Monte Central), tres especies de pájaros carpinteros y el majestuoso águila coronada, entre otros. Con respecto a  los mamíferos, alberga maras, vizcachas, cuises, piches, tuco-tuco, zorros grises, hurones, zorrinos, gatos monteses y del pajonal, gatos moros, pumas y pichiciegos. También  reptiles como  tortugas, iguanas coloradas, culebras, yararás, etc.

Es muy importante resaltar que el pueblo de Ñacuñán queda dentro de la Reserva y permanentemente se trabaja para que sus pobladores puedan aprovechar los recursos, haciendo un uso sustentable.

 

Lo que sí

Pasar por el Emetur: allí brindan info y dan folletería.

Vigilar a los peques: son paseos aptos para toda la familia pero los senderos son pedregosos y en las bajadas en Divisadero Largo o en la zona de Altos Limpios es preciso estar atentos a los peques.

Calzado adecuado y medias, para evitar picaduras.

Protección solar: se recomienda llevar gorra y protector solar, a pesar de que sea invierno.

Registrarse: en la seccional de Guardaparques.

No alterar la naturaleza: el tránsito de 4X4 no está permitido.

 

Fuente: Los Andes