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Una noche en un hotel oculto en Uspallata

En este lugar, que está erigido bajo el concepto de Sumak Kawsay, buscan que el público viva experiencias que despierten la conexión con la naturaleza.

En un espacio rodeado por la montaña existe una residencia de artistas. Alejada del ruido de la urbe, está destinada a crear experiencias que despierten la conexión con la naturaleza. Se trata de un viejo hotel en Uspallata que fue refuncionalizado y donde conviven diferentes disciplinas y áreas del conocimiento.

Actualmente cohabitan cerca de diez creativos, pero el número está en constante movimiento ya que el refugio está abierto a quienes necesitan cambiar de rumbo y compartir sus saberes.

 

Allí ponen en práctica el Sumak Kawsay, un concepto ancestral de los pueblos originarios. Traducido como “buen vivir”, se busca la armonía y una existencia en equilibrio con uno y su contexto. 

 

Los domingos el público en general puede ir a pasar el día, participar de las actividades del proyecto “Arte, ritual y naturaleza” donde intervienen muralistas, un chef está abocado a crear sensaciones desde la gastronomía y se puede escuchar buena música frente a una fogata.

 

El lugar se llama Conexión Tunduqueral por el cerro ubicado en la zona que era considerado sagrado por los indígenas. En las noches de luna llena las mujeres se reunían para celebrar rituales femeninos que quedaron plasmados en petroglifos. 

 

Lea Skames es un reconocido Dj, músico y productor, es el precursor del proyecto que surgió hace cinco años cuando decidió mudarse a Uspallata para encontrar otra forma de vida. Luego, se fueron sumando otros gestores culturales como el fotógrafo Gor Montón especializado en fotografía nocturna.

“Hay una frase que dice que cuando uno no encaja en un mundo es porque está destinado a construir uno nuevo. Esa búsqueda de retorno a la raíz fue el motor que despertó en mi el hecho de desconectarse y conectarme con la montaña y de ahí nace el concepto de lo que proponemos”, explicó Lea.

Si bien hace un tiempo funcionó allí un hostel, antiguamente, ese sitio era un matadero municipal. “Estamos transmutando esa energía a través del arte y la creación”, dijo el músico, quien entiende que es importante “devolverle al arte su lugar sagrado, con el objetivo de desarrollar la idea de cultura sustentable dentro del contexto de problemáticas ambientales”.

Siguiendo estos ideales es que no se precisa la ubicación, afirman que quieren preservarlo. “Tratamos de mantener un poco la misticidad del lugar. Todo el que quiera llegar va a encontrar el camino”, dijo.

 

Músicos, artesanos, pintores, fotógrafos y escritores enlazan sus experiencias con otras personas interesadas en la astrología, la permacultura, los usos de la tierra, la medicina y las terapias alternativas. Todas las actividades tienen que ver con la vida misma e invitan al publico a tener experiencias comunes son bienvenidas. 

 

“Estamos articulando con otros gestores como Fausto Marañón, Yamila Marañón, Choiq’e y otros que se van moviendo. Además vamos sumando actividades para hacer aportes a Uspallata en el desarrollo de una nueva forma de vida”, comentó.

El joven que también colaboró en el desarrollo de la Ecoaldea Tunduqueral por el año 2012 señaló que la idea es ir “transformando lo viejo en sustentable, aplicando los principios de la permacultura, la lumbricultura, el compostaje y creando huertas. Hoy la sustentabilidad esta como premisa en cada acto del hombre, el cuidado y respeto por toda forma de vida”.

 

Fuente: El sol, por Adriana Lui