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En ocasión del Bicentenario se han puesto en funcionamiento varias propuestas turísticas que pretenden satisfacer objetivos paisajísticos, culturales y gastronómicos. La cita principal es en el Este Mendocino, entremezclando hitos sanmartinianos con actividades rurales y enoturísticas. Entérese aquí.
Es sabido que la presencia del General San Martín en Mendoza no pasó desapercibida. La figura del General San Martín, 202 años después de que fuera nombrado Gobernador Intendente de la Provincia de Cuyo, sigue siendo indiscutible y se pone de manifiesto en el contexto del Bicentenario de la Independencia, en la cual tuvo un papel preponderante.
Por eso se están organizando varias propuestas turísticas que tienen a la gesta sanmartiniana como temática preponderante.
El departamento de San Martín tiene propuestas de turismo rural denominadas por los Senderos del Libertador. Están pensadas para toda la familia y contemplan actividades de agroturismo, degustaciones de exquisitos vinos regionales y platos artesanales. En general son dos días con una noche de alojamiento en hospedajes rurales del departamento.
Para la primera jornada está prevista una visita guiada y degustación dirigida en la Bodega Familia Antonietti. Vale apuntar que esta casa vinícola se caracteriza por la atención personalizada. Van por la cuarta generación de apasionados por el vino.
El programa para curiosos incluye recorrido por los viñedos, la huerta, los olivares, la granja y la bodega en compañía del dueño y enólogo de la empresa, Andrés Antonietti. En ese típico entorno con edificación mendocina se servirá el almuerzo. La cocina de la casa es natural y utiliza los productos de huerta propia, del jardín de aromáticas y de la fábrica de aceite de oliva. Bocadillos acompañados con champaña, un plato principal que podrá ser pollo con verduras, carne a la olla o chuletas de cerdo con puré de manzana, entre las opciones. El postre será flan casero y luego la sobremesa con café, infusiones y repostería mendocina.
Por la tarde será el turno de la casa vinícola Bodega Santa Sara. Allí se realizará una visita guiada y una degustación dirigida por el enólogo. Malbec y torrontés en las copas, con de tabla de quesos, galletitas, tostadas y aceitunas verdes.
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Luego, vino dulce natural, acompañado de sopaipillas criollas.
Esa noche el alojamiento será en La Finca de Buen Orden o en Mi Linda Casita. Matambre criollo, arrollado de pollo y chorizos a las brasas y pastelería regional para la cena. Fogata y música folklórica para amenizar.
En tanto el segundo día, tras de un desayuno de tortas caseras, dulces artesanales y mate, se encarará una visita la ciudad para recorrer el Paseo de La Patria, las Plaza Italia y General San Martín y posteriormente el Histórico Museo Las Bóvedas. Después en la posada Mi Linda Casita se servirá un Vermú regional.
La Finca de Buen Orden es un lugar tranquilo en el que se puede descansar disfrutando de todos los beneficios del slow-life y en el que se encara un proyecto de agricultura sostenible con programas ecológicos de reciclaje de residuos y ahorro energético. Ese es el ámbito escogido para almorzar. Empanadas para la entrada; costillar a las brasas, cerdo a la parrilla o pollo con ensaladas variadas y duraznos en almíbar integran el menú que se cierra con pastafrola de membrillo de la finca con Mistela. Visita a la Capilla de Buen Orden y/o Capilla el Oratorio de Alto Salvador, paseos entre viñas y frutales, en el entre tano.
El Solar Histórico Museo de Orfila se visitará por la tarde. Resulta que Don José de San Martín se interesó por el progreso económico de esta región. Su preocupación por el bienestar de la población lo llevó a disponer la instalación de un molino para la molienda de trigo, destinado a la elaboración de pan para abastecer a la población de la villa sanmartiniana.
El molino, que se haría funcionar por la fuerza que produciría la cascada de agua de un canal derivado del Matriz San Martín, (conocido en aquella época como “Acequia de la patria”), lo llevó a comprar doce cuadras situadas en la margen derecha de este cauce, y es allí donde hoy se encuentra el complejo del solar. Está formado por el solar histórico, la capilla de San Cayetano, el molino harinero y la bodega. Su impronta es típicamente colonial con techos de caña y barro. La “Merienda del Solar”, está compuesta por: 3 opciones a base de productos estacionales, especialidad del chef de la casa.
La despedida será en Loncopué Casa Vinícola, con una degustación de vinos suaves, frescos y agradables a la vista.
La bodega es fruto de un proyecto familiar y abrió sus puertas en el 2011 con el objeto de elaborar vinos varietales de alta calidad exaltando las bondades de las Tierras del Este. Suelos fértiles, muchas horas de sol y temperaturas adecuadas permiten que las uvas logren una excelente madurez y sanidad.
Ya empezaron las vacaciones de invierno y nada major que esta propuesta para aprovechar dos días especiales en familia, consulténos.
Fuente: Los Andes
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