Atractivos de Uspallata
Esta localidad se convirtió en uno de los destinos favoritos de los mendocinos para visitar cuando comienza el frío.
Uspallata es uno de los lugares más recomendados para viajar en invierno
Con el comienzo del invierno y la aproximación del receso invernal comenzamos a preguntarnos qué lugares podemos visitar en pandemia. Sin ir más lejos, el departamento de Las Heras ofrece una de las localidades más recomendadas para vacacionar en la estación más fría del año, Uspallata.
Este distrito se encuentra a 100 kilómetros de la Ciudad de Mendoza y por su cercanía con la cordillera de Los Andes las nevadas son frecuentes. Por otro lado, forma parte del circuito de “Uspallata y Alta Montaña” junto con el distrito de Las Cuevas y Penitentes.
Sitios a visitar
Puente de Picheuta: es protagonista de una pintoresca escenografía paisajística. Se trata de un puente colonial de piedra que atraviesa las aguas heladas y cristalinas del río de su mismo nombre. Es encuentra a escasos kilómetros del centro de la localidad.
Rutas Sanmartinianas: este recorrido pasa por los sitios que transitó San Martín y su ejército. Las personas que participan de la excusión podrán acampar en las mismas zonas en que las tropas se detuvieron; simulación de un día en el Ejército de Los Andes; travesías todo terreno por las rutas Sanmartinianas, entre otras actividades.
Cerro Aconcagua: la “montaña más alta de América” es protegida por el Parque Provincial homónimo, con incomparables paisajes y perspectivas.
Cerro Siete Colores: hacia el sureste de Uspallata, a escasa distancia del centro se encuentra el Cerro. Sus franjas compiten por resaltar unos más que otros bajo el cálido sol de Mendoza y posee un semejante al famoso cerro en la Quebrada de Humahuaca, provincia de Jujuy.
Bóvedas de Uspallata: son construcciones coloniales hechas de barro, cuyos techos exhiben una extraña forma de cúpulas. Se cree que fueron empleados por el Ejército de Los Andes. Son declaradas en conjunto Monumento Histórico Provincial y Nacional.
Fuente: Vía Las Heras, por Neyen Avila