¿Estamos en la Plaza de La Concordia de París? No, aunque estos monumentos de mármol de Carrara son réplica de aquellos del tradicional paseo francés.
Se trata de dos grupos escultóricos integrados por un caballo salvaje y domador ubicado uno a cada lado de la avenida entorno a una rotonda. Ni bien se ingresa por los portones aparecen “los caballitos” enmarcando la subida que se adentra en el parque, una postal increíble coronada por los cerros de la precordillera de los Andes.