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El Molino de Orfila fue mandado a construir en 1818 por el General San Martín, junto a la Acequia de la Patria (destinada a llevar el agua del curso inferior del río Tunuyán a Los Barriales, Junín), para proveer de harina a la zona Este mendocina, como parte de su plan poblacional.

En 1905, la familia Orfila erigió en torno a él la histórica bodega de Junín, que se encuentra junto al santuario de San Cayetano –donado por Enrique Orfila en 1929–, que cada 7 de agosto se llena de fieles para pedir pan y trabajo. El visitante encuentra aquí varios motivos de admiración: la antigua construcción de estilo colonial y sus añosos árboles del frente; el gran patio central y las extensas galerías con techos de caña y barro y muros de adobe; la gran piedra utilizada para la molienda, ubicada en los jardines. También el museo dedicado a la vitivinicultura, donde se exponen grandes vasijas de cerámica y antiguas prensas.

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