Plaza Independencia

Mendoza es conocida por sus plazas, pero cabe destacar que, más allá del encanto visual y recreativo que poseen estos espacios verdes, el origen de su disposición se relaciona con la posibilidad de brindar refugio en una zona sísmica. De hecho el diseño urbanístico actual de la Ciudad de Mendoza fue llevado a cabo luego del fuerte sismo ocurrido el 20 de marzo de 1861 donde se produjeron miles de daños en la estructura de la denominada “Cuidad Antigua”. A partir de ahí, la nueva ciudad se reconstruyó teniendo en cuenta un diseño urbano acorde a una zona sísmica.

En el año 1863, el ingeniero Jerónimo Balloffet trazó el plano de la nueva ciudad. Las características principales eran las calles amplias y rectilíneas que incluyeron cinco plazas ubicadas simétricamente: una plaza central (actualmente Plaza Independencia que ocupa cuatro manzanas) y cuatro plazas más pequeñas equidistantes de una manzana cada una: la Plaza San Martín, Plaza Chile, Plaza Italia y Plaza España.

Las plazas brindan un lugar seguro para refugiarse en caso de terremotos o sismos ya que brindan espacios amplios donde permanecer sin la existencia de riesgos para la integridad física de las personas.

La Plaza Independencia es la más grande y transitada del microcentro capitalino, abarca cuatro manzanas de arboledas. La fuente, con el friso alusivo a la Independencia (denominado «La Libertad, esa gesta anónima» de Eliana Molinelli) y sus imponentes juegos de agua, constituye su monumento artístico principal.

Actualmente alberga el Museo Municipal de Arte Moderno, el Teatro «Julio Quintanilla» y la llamada Plaza de las Artes, una feria artesanal que se instaura los fines de semana: este conjunto conforma el Espacio Cultural Plaza Independencia. Allí también se encuentra un cartel que refleja el amor por Mendoza, ideal para tomarse una selfie. A su alrededor se ubican algunas tradicionales construcciones de gran importancia pública como la Legislatura Provincial, el Colegio Nacional y el Teatro Independencia.