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Aerolíneas Argentinas se quiere ajustar el cinturón

A días de asumir, Luis Malvido, nuevo número uno de AR, se reunió con los sindicatos y le anticipó que quiere modificar ciertas condiciones de los convenios colectivos de trabajo. Dio un ultimátum y ligó la respuesta de los gremios con el crecimiento futuro de la compañía.

A fines de julio pasado, se concretó la designación de Luis Malvido como nuevo presidente de Aerolíneas Argentinas, que a esta altura ya se podría afirmar, ingresó con el pie izquierdo. Y es que a menos de 15 días de asumir se reunió con la dirigencia sindical y anticipó cambios en los convenios colectivos.

En los medios masivos se habló de una discusión “franca y sin condicionamientos sobre la competitividad”. Y se había comprometido a enviar a cada gremio una determinada cantidad de puntos a modificar, en busca de un ahorro anual que podría llegar a los US$ 100 millones. “Buscamos discutir condiciones laborales que permitan llevar su competitividad a los estándares de la industria, sin afectar la seguridad y la calidad en el servicio”, afirmaron fuentes de la empresa.

Parte del problema, anticiparon fuentes sindicales que el viernes pasado realizaron en Aeroparque una nueva protesta contra la política aerocomercial del Ministerio de Transporte, es que la empresa lanzó un ultimátum de 60 días para implementar estos cambios y los vinculó con la sustitución de la flota de Embraer E190 de Austral y la decisión final sobre la renovación de la flota de largo recorrido de Aerolíneas Argentinas y hasta con el posible levantamiento de rutas si no se lograban hacer los recortes (puntualmente se habló de Roma y de Nueva York). “Si los gremios no quieren hacer los cambios que son necesarios para ser más competitivos, nosotros no podemos invertir en nuevas máquinas. Son ellos quienes deben decidir qué tipo de compañía quieren”, dijo una fuente de AR a Infobae.

 

La repuesta sindical.

“En realidad (Malvido) no propuso nada en concreto aún, lo va a hacer. Habló de una lista de pedidos a cada gremio que va a mandar”, comenzó explicando Rubén Fernández, secretario general de la Unión del Personal Superior de Empresas Aerocomerciales (UPSA). “Por eso es lamentable que al terminar la reunión salieran a decir que está en manos nuestras el futuro de la compañía y que si no aceptábamos entraba en riesgo la empresa”, agregó Fernández y prosiguió: “En dos años y medio de gestión, ni Isela Costantini, ni Mario Dell’Acqua nos pidieron nada, nunca nos plantearon absolutamente nada. Y nos sorprendió que un CEO con cuatro días de trabajo ya supiera todo lo que hay que hacer”.

“La insinuación es que tengamos las mismas condiciones que el mercado, es decir, las mismas que los empleados de Flybondi, por ejemplo, que no tienen ninguna condición”, concluyó Fernández.

 

Cómo está AR hoy.

AR está en problemas. En primer lugar, gracias a un “error no forzado” (anticipado por Aviación News), la dirección de Aerolíneas hizo sus cálculos y presupuestos para este año con un barril de petróleo crudo a US$ 52, es decir casi US$ 10 menos de los que vaticinaba la IATA y a US$ 20 de distancia de lo que promedió. Eso, sumado a una caída en las ventas que comenzó a sentirse fuerte en el segundo semestre, seguramente consecuencia de la macroeconomía, hicieron que AR agotara los US$ 90 millones con los que debía “arreglarse” este año. En consecuencia, pidió otros US$ 100 millones, de los que le habrían depositado (redirigiendo algunas otras partidas presupuestarias) ya US$ 40 millones.

Ante este cuadro de situación se habló de un ajuste que comenzó con la venta de diversas propiedades: en principio los pisos que utilizaba la compañía en la Torre Bouchard y el terreno en Ciudad Evita donde Marsans había prometido construir la “Ciudad Aerolínea”. Sólo con las exoficinas corporativas se recaudaría unos US$ 20 millones. También podría suceder lo mismo con algunas sucursales del Interior en el sentido de vender locales propios muy grandes y alquilar algunos más pequeños o relocalizar oficinas. Curiosamente, fuentes de AR vincularon la venta de estos activos con el financiamiento de “planes de inversión”.

Fuente: Ladevi
24/08/2018