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Ruta del Vino en bicicleta, a caballo y en autos antiguos

Una experiencia diferente a la convencional, a bordo de autos de las décadas del 70 y 80, pedaleando o en una cabalgata.

El enoturismo en Mendoza es un clásico para viajeros locales e internacionales. Pero tiene un costado poco conocido. Se trata de vivir una experiencia diferente a la convencional, a bordo de autos Citroën 3CV, de las décadas del 70 y 80, pedaleando o en una cabalgata.

Es de mañana en Mendoza. El cielo, diáfano. El sol de primavera viste de un verde intenso los viñedos del Valle de Uco. Una pareja de porteños monta dos bici todoterreno. Cuatro cordobeses esperan que el paisano termine de ensillar los caballos: uno está listo para montar, mientras los otros esperan su turno atados a un palenque. Al mediodía viene una delegación de europeos. Son varios, alquilaron autos antiguos.

 

La propuesta seduce. El producto Caminos del Vino tiene tantos años como el malbec en la Argentina. Mendoza es pionero en la materia. Pero hoy el turista ya no quiere producto. Quiere experiencia. Y cuanto más completa, mejor. 

 

En este intento de buscar lo distinto, lo inesperado, la posibilidad de hacer enoturismo de una forma no tradicional, es una idea que cada vez suma más adeptos.

 

A caballo y en dos ruedas

Una de esas propuestas es hacer el circuito a caballo. En horario a convenir, un guía pasa a recoger a los huéspedes en la puerta del hotel para trasladarlos hasta la estancia donde dará comienzo esta aventura. El escenario esta vez es Luján de Cuyo, a una media hora de viaje desde la Ciudad de Mendoza.

 

Al llegar, espera un desayuno mientras los avezados gauchos ensillan y alistan los caballos. El recorrido incluye catas, degustaciones y almuerzo gourmet maridado con vinos de alguna de las bodegas.

 

Otra alternativa tentadora es pedalear entre viñas en bicicletas todoterreno. Esta actividad se desarrolla en la misma zona de Luján de Cuyo. El punto de partida y de llegada es Chacras de Coria, a 25 minutos del centro mendocino. El itinerario es el mismo que el anterior: visita a bodegas, degustación y cata, almuerzo y regreso al hotel.

 

Volver a los 70

Mendoza tiene su magia. Es una provincia que invita a perderse en su extensa geografía sin tener en cuenta el tiempo. Recorrerla es descubrir algo distinto en cada kilómetro. Esa es la idea de la empresa Slowkar: disfrutar en cuatro ruedas todo el territorio mendocino. Enamorarse con sus paisajes, sumergirse en la idiosincrasia de los lugareños. Y, por supuesto, llegar hasta las bodegas, el destino final del tour.

Los vehículos elegidos para realizar esta travesía son Citroën 3CV, uno del 73 y varios de la década del 80. Todos restaurados a nuevos, respetando las piezas originales. El itinerario previo y posterior a la visita a bodegas lo elige el pasajero.

 

Algunos prefieren hacer 80 kilómetros hasta la región del Valle de Uco, a la vera del Río Tunuyán, al pie del Volcán Tupungato. Otros se alejan apenas de la Capital, a la región de Agrelo, para desandar el famoso Cordón del Plata, que tiene sobre la calle Cobos un sin fin de Bodegas para visitar. Hay quienes optan por los caminos andinos y otros circuitos menos explorados. 

 

Durante la noche casi todos aprovechan para pasear por la ciudad capital. La versión nocturna de Mendoza es un espectáculo aparte.

El concepto es el de un rent a car, con el valor agregado de que los pasajeros pueden diseñar un circuito y realizar de antemano las reservas de servicios. ¿El costo?: caro, no apto para cualquier bolsillo argentino. Vale la pena hacer el esfuerzo. El resultado justifica la inversión. Y con creces.

 

Fuente: Ámbito