Va tomando forma el proyecto para la construcción del segundo túnel vehicular en el paso internacional Cristo Redentor, ya que Chile garantizó su aval para que la Argentina pida un préstamos especial al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el objetivo que nuestro país financie tanto esta como las demás obras proyectadas sobre la Ruta Nacional 7, como las Variantes Palmira y Uspallata, las curvas Guido y Soberanía Nacional y una doble vía entre Luján de Cuyo y Potrerillos, entre otras.
El futuro túnel insumirá una inversión binacional de 600 millones de dólares, de los cuales la mitad será aportada por nuestro país. Junto con el resto de los proyectos, la Nación deberá desembolsar alrededor de 700 millones de dólares, que serán solicitados al BID mediante el Fondo de Integración Regional.
Se trata de la refuncionalización total del denominado Túnel Caracoles, ubicado al norte del actual Túnel Cristo Redentor. Usado por la vieja traza ferroviaria del exTren Trasandino, Caracoles será reacondicionado para servir como segunda vía del paso internacional, por lo cual se deberán encarar obras de ensanche, mayor altura, pavimentación e interconexión con el túnel existente. Además, se llevarán a cabo reparaciones en el Cristo Redentor.
El ministro de Economía, Infraestructura y Energía, Enrique Vaquié, participó en la reunión interministerial entre ambos países que se llevó a cabo este sábado en Buenos Aires, en el marco de la visita de alto nivel de Chile encabezada por la presidenta trasandina Michelle Bachelet. Del encuentro ministerial participó el ministro de Transporte argentino, Guillermo Dietrich, y su par chileno, Alberto Undurraga,
En diálogo con MDZ, Vaquié explicó que la refuncionalización del Túnel Caracoles obedece a la ampliación de la Ruta Nacional 7, con el objetivo de brindar mayor espacio para el tránsito vehicular y mejor seguridad para los transeúntes. “Cada túnel tendrá dos trochas con un mismo sentido de circulación en cada lado, y estarán interconectados como establecen los estándares mundiales en seguridad, para que, por ejemplo, si debe evacuarse uno de los túneles, sea posible hacerlo mediante el otro”, indicó.
Durante el encuentro realizado en Buenos Aires, cada país señaló cómo financiará su parte de la obra. “Chile, como suele hacer comúnmente, lo hará mediante concesión de obra pública, es decir, el cobro de peajes, mientras que la Argentina pedirá un extracupo al BID del Fondo de Integración Regional, que se usa en proyectos de infraestructura que inciden en más de dos países”, aclaró Vaquié. Debido a que el organismo interamericano debe garantizar que el dinero sea para fines de integración, Chile dará su consentimiento para que los fondos sean otorgados a la Argentina. El mismo mecanismo se utilizará para el resto de las obras proyectadas en el tramo de Alta Montaña de la Ruta Nacional 7.
Respecto al Túnel Caracoles, el ministro manifestó que se están elaborando los estudios topográficos y geológicos, los que podrían estar terminados en el tercer trimestre del año próximo. El armado total del proyecto demandará unos 24 meses, mientras que las obras tendrán un tiempo de duración de 48 meses. Para seguir de cerca los avances del proyecto, se está diagramando una nueva reunión entre ministros de Chile, Argentina, Mendoza y la Quinta Región trasandina, que podría efectuarse entre febrero y marzo del 2017.
Resto de las obras
El Corredor Bioceánico Cristo Redentor tendrá otras obras, en su lado argentino, que permitirán mejoras sustanciales para el tránsito de automóviles, transporte de pasajeros y camiones entre ambos países. Son unas siete obras más, que presentan distintos grados de desarrollo en el armado y ejecución de los proyectos.
La más avanzada refiere a la denominada Variante Palmira, que nacerá en la localidad maipucina de San Roque y, en una traza semicircular, finalizará en la actual intersección de las rutas nacionales 40 y 7, al norte del pueblo lujanino de Agrelo. Será una nueva traza de 25 kilómetros en doble calzada, que demandará unos 120 millones de dólares. Ya tiene aprobada la audiencia pública, que se hizo el miércoles pasado, y se está avanzando en las expropiaciones de terrenos y el armado del pliego licitatorio. Se espera que sea licitada entre marzo y abril del 2017, y sería construida en un plazo de 24 meses.
Otra obra proyectada es la Variante Curva de Soberanía, que está vinculada a la habilitación del túnel Caracoles, ya que la segunda calzada de este tramo está proyectada sobre parte de las antiguas vías ferroviarias y servirá para el tránsito vehicular que pase por el nuevo túnel. Tiene un costo estimado de 30 millones de dólares. El anteproyecto se encuentra en poder de Vialidad Nacional desde 2014, por lo que debe licitarse el Proyecto Ejecutivo.
Uno de los proyectos más antiguos refiere a la tercera trocha de la Ruta Nacional 7 entre la Variante Palmira y la localidad de Potrerillos, que sería utilizada como sobrepaso en sentido oeste. De todos modos, está en estudio el reemplazo por una doble vía, y que la tercera trocha sea utilizada en el resto de la ruta. El proyecto cuenta con un presupusto de 20 millones de dólares. Dado que la licitación del proyecto original fue anulado a mediados del año pasado, queda licitarse el Proyecto Ejecutivo.
Otra variante vial proyectada es la Uspallata, que correría al oeste del pueblo homónimo, entre el Regimiento de Infantería de Montaña y el acceso a la Aduana, con posible prolongación hacia la Ruta Nacional 149, que la conecta con el valle de Calingasta, en San Juan. Junto con la construcción de una estación permanente de control de pesos y dimensiones de camiones, se calcula una inversión de 25 millones de dólares.
También está contemplada la ansiada rectificación de la Curva de Guido, y se analiza si concretarla mediante el desmonte de la roca adyacente o la construcción de una variable, costando alrededor de 20 millones de dólares. Es uno de los proyectos más nuevos, por lo que requiere de estudios preliminares y la licitación del Proyecto Ejecutivo.
Finalmente, hay dos proyectos que refieren a las obras de seguridad en la Ruta Nacional 7, divididos en los tramos Potrerillos – Uspallata y Uspallata – Las Cuevas. En ambos casos, se contempla la construcción de 16 cobertizos en sectores con posibles ocurrencias de aludes y avalanchas, más la construcción de banquinas pavimentadas y terceras trochas en algunos sectores. En el segundo tramo se incluye un ensanche de la calzada y el corrimiento parcial de la línea de media tensión que abastece de electricidad a la Alta Montaña. Se prevé un gasto de 185 millones de dólares (85 millones y 100 millones, respectivamente) y deberá licitarse completamente el proyecto, a pesar que solo se han construido dos cobertizos.
Pehuenche y Las Leñas
Vaquié añadió que, en la reunión del viernes, se conversó sobre la situación de los otros dos pasos viales mendocinos, uno ya en funcionamiento y otro proyectado: Pehuenche y Las Leñas.
Respecto al primero, el ministro indicó que se manifestó “la satisfacción porque está terminado” y que se avanzaron en “algunas cosas que están faltando en la aduana” binacional. En cuanto al proyectado nuevo edificio, señaló que “no quedó claro porque el Ministerio del Interior no dio precisiones al respecto”.
En cuanto al túnel Las Leñas, también hubo “satisfacción por los avances logrados en este último año”, y recordó que “en abril del año que viene nos volveremos a reunir para determinar cómo los dos países financian los 24 millones de dólares que cada uno debe aportar para hacer los estudios del futuro túnel”.
Fuente: Mdz Online
24/12/2016