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La escapada perfecta

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Mendoza en otoño es una de esas postales perfectas. Deambular entre viñedos dorados, probando las últimas uvas de la vendimia, con actividades pensadas para conocer y disfrutar de ese fantástico mundo de vinos y paisajes. Todo eso ofrece Escorihuela Gascón. Un viaje soñado dentro de la propia Argentina.

Muchas veces uno suele imaginar que los mejores destinos están lejos. Pero más allá de que el mundo ofrece lugares increíbles, lo cierto es que nuestras fronteras también esconden propuestas únicas, que convocan a locales y extranjeros por igual.

Mendoza sin dudas cotiza alto, con sus paisajes de viñedos y postales de los Andes, con ese clima seco y maravilloso, y en especial, con sus otoños dorados, tal vez la fecha más linda para visitar la provincia del vino argentino.

Entre lo mucho y bueno que hay para hacer allá, la bodega de Escorihuela Gascón es una de las que mejor resume la experiencia. La marca, que tiene más de un siglo de historia, abrió hace apenas cinco años sus puertas al turismo, y lo hizo de la mejor manera, con un diseño multi-sensorial donde degustar algunos de sus mejores vinos, en un ambiente relajado y rodeado por una huerta orgánica.

Los highlights del lugar incluyen la sala del tonel, donde conocer la historia de la bodega y de su fundador, Don Miguel Escorihuela y el Bocha’s Bar, perfecto para probar vinos y quesos mientrás jugás a las bochas con amigos. 

Pero hay más: ahí está la cancha de bici polo, para dar rienda suelta a la adrenalina (vale la pena recordar que Escorihuela tiene su propio equipo profesional de polo), y los canteros de huerta orgánica, una ventana a la visión ecológica de Ernesto Catena (hace un par de décadas que la familia Catena está al mando de esta bodega) y la tendencia global hacia la agricultura biodinámica.

Tampoco hay que perderse la Champañera, para sentirse trasladado a esas cavas de Francia, viendo cómo se elaboran los mejores espumantes bajo el método tradicional. Y la clásica sala de turismo, donde comprar vinos y productos del Escorihuela Gascón Polo Team. 

La propuesta cierra por todos lados: un paisaje increíble, deliciosos vinos como los que componen la línea Pequeñas Producciones, burbujas doradas y un ambiente que escapa a toda aburrida formalidad sin perder nada de su elegancia. ¿Qué más se puede pedir?

Con la firma de Mallmann

Claro que también esta bodega es casa de uno de los restaurantes más prestigiosos de la Argentina. Se llama 1884 (obvia referencia a la fundación de la bodega), creado por nada menos que Francis Mallmann, el poeta de los fuegos nacionales.

La propuesta del lugar apunta a los sabores autóctonos, incluyendo hasta todo aquello que supieron traer las migraciones europeas en nuestros siglos de historia.

El horno de barro alimentado por sarmientos y una cocina de hornallas y de chapa son protagonistas de cocciones simples, bien al estilo Mallmann, donde el producto brilla y se hace protagonista. Si te gusta comer bien, 1884 es uno de esos lugares que no podés dejar de conocer.

En tu próxima escapada a Mendoza tomá en cuenta esta propuesta, una de las pocas bodegas que han quedado en el égido urbano, muy cerca del Km 0 de la ciudad.

Fuente: Glam Out